Los cancilleres de Uruguay y Argentina, Luis Almagro y Héctor Timerman acordaron que el próximo jueves, en la reunión de la CARU, entrará en funciones el comité científico que se encargará de monitorear el río Uruguay. Timerman manifestó su "alegría" por la culminación de un "proceso largo" que será "un hito" en el cuidado del medio ambiente.
Así se conoció a nivel mundial que dos países que tienen historias comunes, encontraron zonas de acuerdos para superar las controversias que se generaron por la instalación de la planta de celulosa Botnia desde hace unos meses UPM, lo que muestra que en medio de relaciones muchas veces "salvajes" entre los pueblos, la ciencia puede ser un factor democratizador, de civilización y de enamoramiento con la vida.
Lo más importante es que dos pueblos hermanos siguen avanzando en un camino de entendimientos, siempre mirando a lo lejos y poniendo sobre la mesa, como prioridad, el cuidado de la vida.
La declaración conjunta de los ministros indicó que en 60 días el comité deberá elaborar una agenda primaria, y luego en 150 días, deberá tener completo un cronograma de actividades.
El canciller argentino Timerman manifestó su "alegría" por "culminar un proceso largo, que nos lleva a una situación en la que el monitoreo conjunto del río será un hito en el cuidado del medio ambiente, que seguramente será motivo de elogio por las organizaciones dedicadas al cuidado ambiental".
Además, se anunció que los cancilleres se reunirán cada 60 días para tratar temas de la agenda bilateral, y que los vicecancilleres establecerán también un sistema de consultas para aceitar el funcionamiento de los encuentros.
Los presidentes Cristina Fernández y José Mujica coordinarán también un mínimo de entrevistas anuales. "Le vamos a dar un gran impulso a la relación entre ambos países", aseguró Timerman, lo que todos aplaudimos.
De esta forma, a nivel del gobierno argentino, se dejan de lado posturas fundamentalistas en materia del cuidado ambiental, que en determinado momento identificaron a toda la Argentina, con la movilización de sectores ambientalistas de ese país, que agredieron de forma sistemática a sus hermanos (nosotros) que viven al oriente del Río Uruguay.
Estamos, los dos pueblos que vivimos a las orillas del río Uruguay, ante una oportunidad histórica que nos permita establecer estrategias comunes no solo para el desarrollo de nuestras economías, sino fundamentalmente en favor de la felicidad de nuestras gentes, nuestros hermanos.
Aún queda la duda de si hay voluntad política por parte de las autoridades argentinas, para influir sobre un pequeño grupo de ambientalistas de Gualeguaychú, que por momentos tuvieron actitudes agresivas para con nuestra economía y nuestra gente, por encima de si sus inquietudes eran justas o no.
Somos de los que creemos que se puede ir lejos, caminando despacio. Pero queremos compromisos sólidos no solo para superar viejas controversias, sino para apostar a un futuro venturoso de dos sociedades que tienen compromisos históricos para seguir avanzando de forma conjunta. Es la hora de abrazarnos a la ciencia, con firmeza.
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