Luego de las materialización de los acuerdos para monitorear la papelera Botnia y el río Uruguay, los asambleístas ratificaron que a su criterio "el conflicto no está resuelto" y que seguirán "de por vida en contra de Botnia".
En declaraciones radiales, uno de los asambleístas, Juan Veronesi, se mostró cauto ante los acuerdos firmados el lunes entre el canciller Héctor Timerman y su par uruguayo Luis Almagro en Montevideo. "Vamos a seguir de por vida en contra de Botnia", afirmó el ambientalista, al tiempo que consideró "utópico" creer que los controles arrojen que la planta no contamina.
"Ojalá se tomen medidas para poder saber fehacientemente que la contaminación que ya existe en el Río Uruguay, donde ha cambiado el ecosistema -como la Argentina lo planteó ante La Haya-, pertenece a Botnia", manifestó Veronesi.
Timerman y su par de Uruguay, Luis Almagro, firmaron el lunes las directivas que deberán seguir los científicos de ambos países que harán el control de la planta de UPM (ex Botnia) y del río Uruguay, hecho calificado por el canciller argentino como un "hito" en la relación entre ambos países.
El comité científico comenzará su trabajo el próximo jueves, y los expertos tendrán un plazo de 60 días para presentar su primer proyecto sobre el monitoreo, mientras que habrá un segundo plazo, de 150 días, para que brinden un proyecto integral, que abarque, además del río, el control ambiental de establecimientos sobre ambas márgenes.
Este último punto, precisamente, constituirá un gran desafío para los diversos emprendimientos argentinos que vuelcan sus efluentes en el río Uruguay. Por ejemplo, el Parque Industrial de Gualeguaychú y los residuos cloacales de la ciudad de Concordia, Entre Ríos, tienen influencia directa sobre el cauce de ese río.
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