Justo cuando comenzó el mes de la primavera, cuando se esperan temperaturas agradables y el colorido de las flores, una violenta sudestada golpeó sorpresivamente a los habitantes de la zona ribereña de la región.
Con fuertes ráfagas de viento y lluvias intermitentes, se temía un pico en la crecida del Río de la Plata en las costas de Berisso y Ensenada de 4,10 metros. Sin embargo, desde Defensa Civil de ambas ciudades informaron con alivio, esta madrugada, que el agua comenzó a descender.
Como consecuencia del temporal, unas 200 personas fueron evacuadas en Ensenada; y en Berisso unas 500 familias resultaron afectadas. El alerta meteorológico continuará hasta el fin de semana.
De acuerdo al parte emitido ayer por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el fenómeno se produjo por un centro de alta presión ubicado sobre el oeste de la provincia de Río Negro que provocó con su circulación vientos constantes del sudeste sobre el área del Río de la Plata con velocidades entre 40 y 60 km/h con ráfagas superiores. Los fuertes vientos estaban acompañados por lloviznas intermitentes. En tanto, la temperatura se ubicó en los 5 grados de mínima.
El reporte de ese organismo indicó, además, que los vientos intensos del sudeste se mantendrán al menos hasta la tarde de hoy. Al cierre de esta edición, a las 1.30 de la madrugada, el río estaba en los 3,30 bajando y el viento había calmado. Desde Berisso, el director de Defensa Civil, Pablo Acosta, dijo a este medio que unas 500 familias del casco céntrico de esa ciudad tuvieron que ser asistidas. Es porque en sus casas el agua alcanzó una altura de entre 1,20 y 1,30 metros. “Sufrieron importantes pérdidas materiales como muebles, ropa, colchones y otros artefactos del hogar”, detalló.
Según el funcionario, al haber sido el casco céntrico el más afectado no fue necesario abrir el centro de evacuados que, estaba preparado para funcionar en el Hogar Social (en avenida Montevideo y Nueva York). “La gente se trasladó a la casa de amigos y familiares para pasar la noche. Hubo un caso de un hombre mayor que fue derivado a un hogar de ancianos”, aclaró.
Durante el día, por la subida del río, se cortó la circulación vehicular en la zona de la Nueva York y Los Talas. En la avenida Montevideo se interrumpió el tránsito desde la calle 11 hasta la 17, y desde la calle 175 para el lado del monte ribereño. Además, hubo un corte de luz en la zona de 13 a 26 hacia el lado del monte por un cortocircuito en un transformador.
Personal de Defensa Civil también trabajó desde las primeras horas del día en la zona de la isla Paulino, donde llegó con semirrigidos y canobotes para brindar asistencia a los pobladores y ayudarlos a resguardar los materiales de valor en sus casas.
Intensas tareas de rescate en Ensenada
Miguel Angel Cepero, titular de Defensa Civil de Ensenada, dijo a este medio que anoche los bomberos trataban de auxiliar a muchas familias. Al cierre de esta edición, el numero de evacuados ascendía a 200 entre adultos, adolescentes y niños. Fueron alojados en la Casa de Cultura, en salón de uso múltiples de “El Molino” de Punta Lara y el Sindicato de Empleados Municipales.
La zona más comprometida por las inclemencias del tiempo era la del arroyo Miguelín y Tío Marcelo. Cepero reconoció que la situación superó la capacidad de respuesta de los bomberos, que trabajaron incansablemente desde las primeras horas del día. Por eso recibieron apoyo de Prefectura Naval, ya que no podían ingresar caminando ni con coches bomba.
Los grupos de rescate se adentraron con gomones y motos de agua. “Es una tarea riesgosa por las ramas y piedras”, describió Cepero.
Comentó además que con micros de la línea 7 y unidades de la Municipalidad se trasladaba a la gente desde la comisaría hasta los lugares de evacuación.
“Estamos preparados para resistir”
“Ya tenemos todo preparado para resistir. Levantamos los muebles y la heladera, instalamos la compuerta. Desde la última gran inundación, hace 17 años, siempre estamos alerta cuando hay sudesteda”, le dijo a Hoy Félix Rudokas, un vecino que vive a pocos metros de la Montevideo y 16. Muy cerca, las aguas del Río de la Plata anegaban varias calles, linderas con el monte ribereño
Agregó: “Nos costó mucho recuperarnos de aquella inundación, que mis abuelos compararon con la ocurrida en 1940. El río no perdona, la inundación te hace perder todo, pero nuestra consigna es clara: bajo ningún concepto vamos a dejar nuestra casa sola. Con mi mujer y mis hijos nos vamos a quedar a defender lo poco que tenemos”.
Historias, como la de este vecino, se multiplican en Berisso, donde desde hace décadas vienen clamando por la realización de la obra conocida como “el terraplén costero”, que permitiría paliar las consecuencias de este fenómeno climatológico. Las obras comenzaron a ejecutarse en un pequeño tramo (la zona de Palo Blanco), pero ahora estarían frenada por una discusión entre el oficialismo y oposición en el Concejo Deliberante a raíz del cambio en el trazado que tendrá el terraplén. Está claro que los tiempos de la burocracia estatal no tienen nada que ver con las necesidades de la gente
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