El canciller Héctor Timerman volvió a defender los controles que se realizarán sobre la pastera Botnia y el cauce del río Uruguay, al tiempo que reiteró las críticas a los ambientalistas por retomar las protestas y el corte –al menos por ahora, de forma intermitente-.
En declaraciones a radio La Red, Timerman repitió que los gobiernos de Argentina y Uruguay dejaron "todo en manos de los científicos" sin "ningún tipo de instrucción" a los especialistas que integrarán el comité que realizará el monitoreo. Por eso, lamentó que en Gualeguaychú haya "gente que una vez que se monta en la protesta no puede salir de la protesta". "Su forma de vida se transforma por la protesta, se convierten en protestadores constantes", cuestionó.
De todos modos, el canciller sostuvo que "la mayoría de los vecinos de Gualeguaychú está de acuerdo" con el plan de monitoreo porque, argumentó, "es total y absolutamente a favor del medio ambiente y la vida humana".
Según anticipó, "el comité hoy se pone a trabajar, tanto en Argentina como en Uruguay" con la información que le enviarán ambos gobiernos. Luego, precisó, "va a ingresar a Botnia (UPM) para ver in situ la situación" y "en 60 días, van a establecer los instrumentos y los pedidos de información que necesitan" para llevar adelante el monitoreo.
"Con ese material, tendremos el primer informe", prometió Timerman. Tras esos primeros 60 días, el acuerdo menciona un segundo plazo, de 150 días, para que los científicos elaboren un proyecto integral, que abarque, además del río, el control ambiental de establecimientos sobre ambas márgenes.
El control ambiental comenzará por la planta de UPM (ex Botnia) y seguirá con la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. Luego continuará en Argentina, con un establecimiento o lugar a elección de la parte uruguaya y, a partir de entonces seguirá alternativamente en uno y otro país.
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