El huracán Earl perdió un punto en la escala de tormentas pero aun así pidieron a 30.000 residentes de las costas de Carolina del Norte que evacuaran sus casas y el administrador de la Oficina Federal de Manejo de Emergencias alertó a la población.
Craig Fugate declaró que la gente ya no podía darse el lujo de esperar al siguiente pronóstico del tiempo para ver cuan cerca podría llegar el vórtice de la tormenta.
"La gente no debe dejarse seducir por una falsa sensación de que esto se alejará de ellos", dijo Fugate. "Se acaba el tiempo para las personas que no se han preparado", agregó.
A la alerta que estaba vigente para la zona norteamericana de entre Carolina del Norte y Canadá se agregaron ayer llamados de cautela para algunas partes de este segundo país.
En la primera zona esperaban que además de vientos hubiera "marejadas y corrientes peligrosas".
Según los expertos del Centro Nacional de Huracanes, que catalogaron a Earl como a una tormenta de categoría 3 en una escala del 1 al 5, el huracán está ahora "desorganizado" aunque sigue siendo peligroso. Los vientos, de unos 230 km/h, se extienden a 145 kilómetros del vórtice, distancia que está aumentando.
Es por eso que el vocero del Centro Nacional de Huracanes destacó la relevancia del fenómeno: "Este es el huracán más fuerte que haya amenazado la costa noreste y la zona de Nueva Inglaterra desde el huracán Bob en 1991", declaró Dennis Feltgen. "Nuestro pronóstico lo mantiene por ahora bien adentrado en alta mar, pero nunca se sabe", agregó.
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