El alerta saltó desde un helicóptero comercial que volaba sobre la zona del Golfo de México, sobre las costas del estado de Luisiana. El piloto vio estallar una plataforma petrolera unos 145 kilómetros al sur de la Bahía de Vermillion, y rápidamente se comunicó con los guardacostas. Inmediatamente se enviaron patrullas de la Guardia Costera, barcos, aviones y helicópteros. La plataforma es operada por la empresa Mariner Energy y se encuentra a varios cientos de kilómetros de la que estallara el 20 de abril, perteneciente a la BP y que provocó 11 muertes y un invaluable daño al medio ambiente y a la región. En esta ocasión, según Mariner Energy, la plataforma no estaba en actividad. En ella se encontraban 13 trabajadores, de los cuales llegaban informaciones contradictorias, ya que algunas versiones mencionaban que uno estaba desaparecido. La información respecto de las consecuencias ambientales es contradictorias. Mientras que la Guardia Costera, en un primer informe, mencionó una mancha negra de un kilómetro y medio de largo y treinta metros de ancho, el gobernador del estado, Bobby Jindal, sostuvo que no se podía confirmar. La empresa aseguró que no hubo escapes.
El estallido ocurrió en la plataforma Vermillion 380 A, situada unos 145 kilómetros al sur de la bahía de Vermillion, frente a la costa de Luisiana, y a varios cientos de kilómetros del lugar en el que explotó el 20 de abril la plataforma petrolera Deepwater Horizon, de la empresa BP. En aquella ocasión murieron 11 trabajadores. Dos días después, la instalación se hundió y desató la peor marea negra de la historia de Estados Unidos, al derramar hasta el 15 de julio unas 660.000 toneladas de crudo al mar.
Mariner Energy, con sede en el estado norteamericano de Texas, anunció que iniciará investigaciones para determinar la causa de la explosión. Según la Guardia Costera, varias horas después del estallido todavía se podían divisar grandes llamaradas, y se suponía que por la noche quedarían extinguidas.
A diferencia de Deepwater Horizon, la plataforma Vermillion 380 A operaba en baja profundidad, esto es a sólo cien metros, según aseguraron en el Departamento de Interior estadounidense. Esto supone que de ocurrir el hundimiento de la plataforma, la eventual marea negra que produzca podría ser controlada con mayor facilidad que en el caso de la plataforma de BP, cuyo pozo se encontraba a 1500 metros de profundidad.
En el campo petrolero Vermillion, Mariner extrae petróleo de siete pozos, que después de la explosión fueron cerrados, según le informó la empresa a Jindal. “Si es verdad, es un paso muy importante”, señaló al The Times Picayune el gobernador, sin poner las manos en el fuego por la empresa que todavía no había apagado el incendio. Es razonable. Después de la tragedia de BP, los perjuicios ocasionados a la economía de la región fueron tremendos.
British Petroleum, por si acaso y para no manchar más de negro su oscurecida imagen, subrayó desde Londres que no participa de ninguna manera en los trabajos de la plataforma que explotó ayer.
Según informes de la agencia DPA, el sector petrolero está muy relacionado. Mariner Energy está en un proceso de adquisición por parte de su competidora Apache, en una operación valuada en 2700 millones de dólares. A su vez, la estadounidense Apache le compró a BP varios campos de petróleo y gas por 7000 millones de dólares. Con este dinero, la petrolera británica está pagando los daños de la marea negra.
Ayer, luego de la noticia del estallido, la Bolsa de Nueva York descendió abruptamente, pero luego reaccionó cuando la tensión informativa pareció relajarse. Las acciones de Mariner Energy perdieron sólo un dos por ciento de su valor. |
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