La visita al Pakistán del Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, que termina hoy, ha reflejado la dimensión sin precedentes de la situación de emergencia a la que hace frente el país, con más de 17 millones de personas afectadas por las inundaciones causadas por unas lluvias monzónicas excepcionalmente intensas.
Entre las visitas que Lake realizó se encontraba el distrito de Charsadda, en la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa. Esta región sacudida por conflictos sufrió otro duro golpe cuando las lluvias monzónicas afectaron al 75% de los 1,7 millones de personas del distrito. Casi 70.000 personas se encuentran refugiadas en edificios escolares que han sido transformados en campamentos de socorro.
Lake visitó dos campamentos de este tipo en las afueras de la ciudad de Charsadda. Los campamentos albergan un total de 332 familias, incluidos alrededor de 1.460 niños y niñas y 440 mujeres. UNICEF proporciona agua y saneamiento, salud, higiene y servicios de protección de la infancia para los desplazados.
El presidente de la organización provincial encargado de la gestión de desastres recibió a Lake en los campamentos y le informó sobre la devastación causada por las inundaciones. Lake expresó su profundo interés en los servicios educativos, recreativos y de salud que proporcionan UNICEF y sus asociados. Participó en los juegos de los niños y habló con las mujeres en los refugios, debatiendo los problemas y las dificultades a las que hacen frente después de haber tenido que huir de sus hogares y de perder la mayoría de sus pertenencias.
"UNICEF va a hacer todo lo que sea posible no solamente durante esta situación de emergencia, sino también a medida que el Pakistán trata de salir de la situación", dijo Lake a los periodistas durante la visita al campamento. Señaló asimismo que UNICEF está gravemente preocupado por los posibles brotes de enfermedades mortales después de las inundaciones.
Un oasis de seguridad
"Ésta es una de las últimas zonas del mundo donde hay poliomielitis, así que todo mundo estará observando qué hacemos para evitar otro brote, no solamente de sarampión, no solamente de diarrea, sino también de poliomielitis", dijo Lake. "Esta zona específica es muy importante por muchas y diferentes razones".
Los campamentos en Charsadda son un pequeño oasis de seguridad en un país destrozado por el mayor desastre que se recuerda. Cerca de 8,6 millones de niños han sufrido los efectos de las inundaciones en todo el Pakistán, y alrededor de 3,5 millones corren el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua. UNICEF está gravemente preocupado ante la posibilidad de que se produzcan nuevos desastres a menos que se pueda distribuir más ayuda inmediatamente.
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