“Hay que hacer conciencia sobre el uso adecuado del agua, preparándonos para el futuro, ésto en el marco de la mitigación de los efectos del cambio climático, orientado básicamente a la optimización del aprovechamiento de los recursos hídricos y coadyuvando en la ampliación de las fuentes de abastecimiento de agua”, afirmaba el gerente general de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas), Víctor Rico a EL DIARIO en ocasión de la reciente campaña de Carnaval cuando se aplicó la campaña “agua que gota a gota se agota”.
“Casi sin darnos cuenta, estamos poniendo en serio peligro este recurso tan esencial, no sólo para nosotros sino para los hijos de nuestros hijos y sus generaciones siguientes”, dijo Rico.
“Tomar conciencia de que en otras partes del mundo (o aquí mismo dentro de unos años), cada gota de agua tendrá un valor que nosotros no le damos”, reflexionó.
DATOS
El agua potable es esencial e imprescindible para que la vida misma sea posible sobre la faz de la tierra, es mucho más que un bien, que un recurso, que una mercancía. El agua potable es concretamente un derecho humano de primer orden y un elemento esencial de la propia soberanía nacional.
EN BOLIVIA
En nuestro país, existe un plan nacional de derechos humanos como parte fundamental al medioambiente y dentro de éste está la protección al agua (artículo 16 de la Constitución Política del Estado) como derecho fundamental al agua y la alimentación.
La representante del Iseat, Andrea Suxo Bustillos, dijo a EL DIARIO que “ahora se trabaja en estrategias para su efectivización en el Estado boliviano”.
“Frente a ésto, se debe optar por una nueva cultura del desarrollo sostenible en materia de aguas. Si pensamos que el bosque no es un simple almacén de madera, entonces nuestros ríos, acuíferos, humedales y lagos son mucho más que simples almacenes de agua. Debemos entenderlos como valores sociales, culturales, ambientales, además de los valores productivos que representan a corto plazo. Integrar este conjunto de valores es enfocar el tratamiento de nuestros ecosistemas desde un nuevo desarrollo humano al agua”, agregó.
ESTUDIOS
Estudios indican que la mayor parte del agua dulce se encuentra encapsulada en la tierra en forma de humedad. Sólo el 0,3% está en los ríos y lagos. Para uso humano se puede acceder, a menos del 1% de la que se encuentra subterránea del planeta.
En noviembre del 2006, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) de las Naciones Unidas marcó un hito en la historia de los derechos humanos, al reconocer de manera explícita el acceso al agua segura como un derecho humano fundamental.
En 25 años, es posible que la mitad de la población del mundo, tenga dificultades para encontrar agua dulce en cantidades suficientes para consumo y para riego.
En la actualidad, más de 80 países (40% de la población mundial) sufren la escasez grave del agua. Las condiciones pueden llegar a empeorar en los próximos 50 años, a medida que aumente la población y que el calentamiento mundial perturbe los regímenes de precipitaciones.
Un tercio de la población mundial vive en zonas con escasez de agua, en las que el consumo supera el abastecimiento. Asia occidental es la región más amenazada. Más del 90% de la población de esa región padece un gran estrés por escasez de agua y el consumo de agua supera en un 10% los recursos de agua dulce renovables.
MARCO INTERNACIONAL SOBRE EL DERECHO AL AGUA
Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo. Estos derechos deben ser reconocidos y garantizados por el Estado bajo los principios de respeto, protección y realización; es decir no violar los derechos sino garantizarlos.
Asumiendo que el agua es un derecho constituido, es indispensable para llevar una vida en dignidad humana y éste es un pre requisito para la realización de otros derechos humanos. |
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