Aquí tenemos verdaderamente un buen libro. Y con un título acertado (que recuerda al viejo Biografía de la Tierra, de Georges Gamow). El agua, al final de cuentas, tiene un valor simbólico y ancestral que se superpone a sus propiedades físicas y químicas, y hoy, en fin, es el centro de polémicas políticas y ambientales.
No es solamente H2O; es mito, religión, es el elemento originario de Tales de Mileto, y uno de los cuatro elementos de Empédocles que, aceptados por Aristóteles, llegaron casi casi a las puertas del siglo XIX y renacieron con los últimos suspiros del flogisto.
Philip Ball no descuida ninguno de estos aspectos: el agua en plenitud, desde su valor mitológico hasta su origen químico y la minuciosidad con que sus moléculas se armaron allá por la noche de los tiempos. Altamente recomendable, en verdad.
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