(PL) Dolor por la pérdida de seres queridos, infraestructura y propiedades personales destruidas y desplazamientos forzados son escenas repetidas hoy en muchos puntos de Guatemala, declarada en emergencia nacional.
Las consecuencias de intensas lluvias en los últimos días obligaron al gobierno a declarar esa condición, hecha pública por el presidente Alvaro Colom, antes los numerosos sucesos en el país, bajo condiciones climáticas por encima de lo habitual.
El último parte de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), emitido la noche del sábado, mencionaba 21 fallecidos por incidentes relacionados con las precipitaciones pluviales.
Sin embargo, reportes periodísticos de la madrugada y primeras horas del domingo hacen pensar en muchos más, sobre todo por los continuos deslizamientos de tierra que dejan soterradas a decenas de personas de diversas maneras.
La primera tragedia de amplio saldo ocurrió cuando un alud aplastó un ómnibus en la carretera Interamericana y al menos 12 personas perdieron la vida de un solo golpe.
A la espera de cifras oficiales, solo permitidas ofrecer por la CONRED, los principales diarios actualizan en sus páginas digitales hechos similares informadas por sus corresponsales en los departamentos.
Prensa Libre señala que en una comunidad de Sololá, al oeste de esta capital, decenas de pobladores quedaron atrapados por un derrumbe cuando anoche trataban de rescatar a víctimas de un primero ocurrido poco antes, limpiaban el área o caminaban en busca de paso.
Los cuerpos de socorro, apoyados por el ejército, se movilizan en ayuda de la población, aunque llega el momento en que sus efectivos no dan abasto ante la alta cantidad de incidentes.
El sábado la CONRED cuantificaba también 34 mil 146 ciudadanos afectados, 26 mil 761 en riesgo, cinco mil 307 evacuados y tres mil 177 las albergados, pero en las últimas horas se presume un incremento significativo de esos números.
Cuando el mandatario declaró la emergencia nacional por esa crítica situación, engendrada por aguaceros de más de una semana con una frecuencia casi constante, alertó además sobre la falta de fondos para enfrentarla adecuadamente.
La CONRED mantiene la categoría anaranjada de su alerta institucional, pero ya en algunos territorios las autoridades decidieron elevarla a roja a nivel local.
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