Poca agua para la siembra, heladas tardías y escasez hídrica en algunas zonas de producción durante el verano son algunos de los fenómenos que frenan o retardan la siembra de trigo, maíz y girasol, y condicionan los rindes de aquí a fin de año . Y una tregua de 60 días con buenas lluvias en octubre y noviembre. Todo es culpa de La Niña, “que vino para quedarse y ya está totalmente definida, porque esta iba a ser una niña débil, pero se está perfilando como de moderada a fuerte ”, dijo la técnica de clima del INTA, Stella Carballo.
Y aunque la campaña de trigo está muy avanzada, según informó la Bolsa de Cereales porteña, hacia los 2,8 millones de hectáreas, l a falta de humedad en el suelo paró la siembra en el sudoeste bonaerense y Córdoba . En el reparto de humedad, el este del país salió favorecido y el oeste es el que más sufre la falta de agua en el suelo. Además, antes del frío de esta semana, llegó el calor que secó la parte superior de los campos. Carballo explicó que La Niña, trajo buenas lluvias en el este y norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y Entre Ríos. “La semana pasada, las lluvias han resultado muy escasas, y durante esta semana las lluvias abundantes se han registrado en el sector mesopotámico y algo menores sobre el este de la región pampeana. Crece la preocupación por la sequía que se insinúa en muchas zonas de la Argentina”, explicó Carballo. La compensación: octubre y noviembre se insinúan lluviosos.
En definitiva, cultivos y ganadería sufren en la zona central semiárida desde el sudoeste bonaerense y parte de La Pampa y Córdoba, hacia el norte, abarcando ya partes de Santiago del Estero y Chaco. Y como en muchos casos habrá que sembrar cuando haya más humedad, el peligro de daño vendrá de las heladas tardías .
La especialista y su colega Eduardo Sierra, de la Universidad de Buenos Aires, coinciden en que no se repetirá la fenomenal sequía de 2008/2009 . Pero Carballo recomendó “cuidar el agua, una tarea que ya no depende del clima, depende del manejo del suelo, protegiendo el agua que tengo en el perfil, haciendo los barbechos para mantener las malezas a raya para que no se roben el agua que hay, eligiendo cultivares resistentes, con más plasticidad y buen desempeño frente a condiciones que no sean climáticamente tan buenas”.
La ventaja de esta Niña será, en octubre y noviembre, una tregua de 60 días de buenas lluvias . Pero el estrés que sufrirán los cultivos en el verano bajará el rendimiento.
Fenómenos extremos
Como en la mayor sequía en más de medio siglo -hace dos años- el norte santafesino afronta hoy el mismo drama.
Este año no pasó ningún mes con más de 20 mm. y junto a Chaco y Santiago del Estero la falta de agua ya afectó a 1,5 millón de hectáreas.
Eduardo Sierra es el más severo en el análisis de escasez de lluvias en el oeste. “El incremento de la variabilidad climática, en lo que va del siglo XXI, está causando impactos fuertes sobre muchas de estas zonas, que ya no pueden soportar la presión productiva de estos 30 años”.
“En la Argentina, el margen occidental de la Región Pampeana está dejando de tener capacidad agrícola”, dijo Sierra a Clarín.
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