"En la parte urbana, en el Mallín y en el centro es alarmante la situación por las napas contaminadas, aguas abajo no por los mallines, pero el problema está, lo ideal es que el vecino no tenga en su casa la contaminación", señaló el Director de Medio Ambiente del municipio, Daniel Meier.
Según el funcionario La Angostura tiene la ventaja de que las napas contaminadas aportan a mallines que funcionan como un filtro antes de llegar al lago. En el Mallín, donde la situación es grave, la laguna Calafate recibe los efluentes y filtrados de pozos ciegos. "La laguna esta funcionando fantástico, pero no es una cámara séptica", comentó Meier.
No es casualidad que el arroyo con alto nivel de contaminación sea el arroyo del Once, que atraviesa la zona céntrica y recoge los efluentes y filtrados de los barrios más poblados.
Desde hace años la localidad reclama fondos a provincia y Nación para la planta de tratamiento de líquidos cloacales y el tendido de red, pero el proyecto quedó trabado en las acciones judiciales iniciadas por el propietario de las tierras para evitar la expropiación y el cambio de la voluntad política provincial.
En Puerto Manzano
Como la mayoría de los arroyos que se encuentran dentro del ejido, el río Bonito soporta la presión de los asentamientos urbanos circundantes, las chacras productivas en Altos de Manzano y la actividad del centro de esquí Cerro Bayo. Este invierno el centro de esquí instaló plantas modulares de las cuales no todas entraron en "régimen" y falta la instalación de la planta definitiva.
En mayo pasado la junta vecinal de Puerto Manzano solicitó al municipio el análisis de dos muestras en el río Bonito, una en la toma de agua del barrio –antes del proceso de clorificación– y otra aguas abajo, en el barrio. En la primera el nivel de coliformes superó ampliamente los límites tolerables y en la segunda, si bien el agua era apta para consumo humano, los coliformes totales superaban un poco el parámetro del EPAS. Aunque lo preocupante era el bajo nivel de cloro residual.
El 27 de julio pasado, en plena actividad del centro de esquí y el turismo, se tomaron dos muestras. Una en la toma del río Bonito, aguas arriba y otra de una canilla próxima a la toma. En el primer caso los resultados arrojaron nuevamente alto nivel de coliformes (150 UFC/100ML contra 2,2 el límite tolerable) y gran cantidad de bacterias aeróbicas mesófilas. El agua de la canilla resultó potable, aunque se advirtió un bajísimo nivel de cloro residual y por la falta de filtros una turbidez tal que la convertía en no apta para el consumo.
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