El gobierno brasileño amplió unilateralmente su soberanía económica más allá de las 200 millas naúticas reconocidas hasta ahora por la ONU, con el fin de asegurarse el derecho a explotar los gigantescos yacimientos de crudo y gas natural descubiertas hace dos años atrás en aguas ultraprofundas y que le permitirían al país duplicar sus reservas y convertirse en una potencia petrolera en la próxima década.
La decisión fue formalizada en una resolución publicada en el Boletín Oficial el viernes pasado, en la cual la Marina brasileña reafirma su derecho a evaluar y autorizar las operaciones “en su plataforma continental, más allá de las 200 millas marinas”, pese a no contar en este punto todavía con el aval formal de las Naciones Unidas.
La ONU permite a los países reivindicar derecho sobre el suelo marino más allá del límite de las 200 millas de Zona Económica Exclusiva, hasta 350 millas marinas (320 kilómetros), en base a las normas de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, de 1982.
Para esto, los países deben presentar ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPL) del organismo documentación científica y técnica que fundamente su pedido a fin de lograr el visto bueno de la ONU, algo que suele llevar un par de años. La Argentina, por ejemplo, hizo esta presentación formal en abril del año pasado.
En el caso de Brasil, el Estado ya había presentado en mayo de 2004 un pedido en ese sentido ante CLPL de la ONU, incorporando 960.000 kilómetros cuadrados a la zona de soberanía nacional, que hoy es de 3,5 millones de kilómetros cuadrados. Pero la solicitud fue devuelta en abril de 2007 con “recomendaciones” tras una serie de reservas expresadas por varios países, entre ellos Estados Unidos. En concreto, la ONU le pidió que reformulara su pedido, excluyendo un área de 190.000 kilómetros cuadrados. Brasil no aceptó y decidió, en julio de 2008, empezar a formular otra propuesta que actualmente se encuentra en elaboración.
Sin embargo, pese a estar en esta situación híbrida, la Comisión Interministerial para los Recursos del Mar, coordinada por el Comando de Marina brasileña, resolvió que “independientemente de que el límite exterior de la Plataforma Continental (PL) más allá de las 200 millas náuticas no ha sido definitivamente establecido, Brasil tiene derecho de evaluar previamente los pedidos de autorización para la realización de investigaciones en su plataforma más allá de las 200 millas, tomando como base la propuesta de límite presentada a la ONU en 2004”, según consta en la resolución Nº3 del 26 de agosto de 2010 publicada en el Diário Oficial el viernes pasado y recogida ayer por la prensa local.
Concretamente, lo que Brasil busca garantizar a través de esta resolución es que cualquier empresa o país interesados en operar o extraer las riquezas minerales de esta área debe pedir permiso al gobierno brasileño. En ese sentido, la resolución cita varias normas, entre ellas la Ley 9.487 que establece que “todos los derechos de exploración y producción de petróleo y gas natural en territorio nacional, comprendidos por la parte terrestre, el mar territorial, la plataforma continental y la zona económica exclusiva pertenecen a la Unión (Estado)”.
La decisión coincide con el anuncio del gobierno brasileño, el viernes pasado, de recapitalizar la estatal Petrobras, principal responsable de la explotación de las reservas de la capa llamada “pre-sal”, por una cifra que podría ser récord, de u$s 75.000 millones.
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