Mientras un grupo de chicos juega al fútbol en un playón situado en medio de una plaza de Rafael Castillo, sobre la calle lindera se despliega un conjunto de camiones equipados con consultorios psicológicos, nutricionales, pediátricos y laboratorios de análisis clínicos. Son los hospitales móviles que la Nación y el Municipio dispusieron para realizar chequeos médicos a los niños de 415 familias con asiento cercano al Río Matanza y sus afluentes.
La flota médica se dispone a buscar menores de seis años afectados por la contaminación de las aguas y dar cumplimiento a una orden de la Suprema Corte, en el marco del saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo. “Se les hace una medición de plomo en sangre y los resultados serán entregados a la Justicia para, a partir de ahí, poder trabajar con las patologías que hoy tiene la población”, explicó el subsecretario de Salud Pública local, Juan Pablo Incocciati.
La escena se vivió en el centro de salud Sakamoto, ubicado en Dávila y Jaramillo, y se repetirá, durante toda esta semana, en la calle Nazar al 500, en La Tablada, y, luego, el 7 y 8 de septiembre, en la sala Eizaguirre, situada en Chávez y Celman, en Villa Celina. También, se desarrollará en otros 13 municipios que comprenden la Cuenca Matanza-Riachuelo, hasta tanto evaluar el estado de salud de 3.000 familias.
A pesar de que los resultados generales se conocerán a principios de octubre, el subsecretario aseguró que, al día de la fecha, no se registraron casos significativos de índices de plomo en sangre: “Solo se encontraron dos o tres casos fuera de los parámetros normales, que fueron derivados al Hospital de Niños de San Justo para realizar la contraprueba”, precisó.
Por su parte, la coordinadora de trabajo de campo por parte del gobierno nacional, Sonia Alejandra Sagardoyburu, describió: “Nosotros analizamos el sistema de salud, pero este procedimiento, también, aporta información para planificar políticas de ampliación de redes de agua potable y mejorar las condiciones de vivienda; todos parámetros que inciden en la salud y que tienen que ver con mejorar la calidad de vida de los habitantes”.
Puerta a puerta
Para el desarrollo del proceso, el municipio de La Matanza aportó, aproximadamente, 130 agentes encargados de recorrer los barrios, llamar a la puerta de las casas y buscar a las familias seleccionadas para informarlas acerca del proyecto, así como describirles los beneficios del mismo y concienciarlas sobre la importancia de colaborar con el informe.
Además, la Comuna puso a disposición el traslado de los padres y sus hijos, desde sus hogares hasta los centros de salud donde se encuentran ubicados los vehículos-consultorios y, luego, acompañarlos, nuevamente, en su regreso. “Se convoca a las familias y se las traslada para realizar los análisis pertinentes; los sensibilizadores se acercan a la vivienda, los traen a los centros de referencia, y ahí se hace la encuesta de orden privado, se los atiende en nutrición, odontología y también pasan por el laboratorio”, agregó Inocciati.
Aporte de UNAMOS
La tarea, además de responder a una disposición de la Justicia, también, es una oportunidad para que los vecinos accedan a un servicio certificado por el Ministerio de Salud de la Nación y del Municipio de La Matanza. Los trailers utilizados para el muestreo sólo atienden a niños menores de seis años previamente seleccionados; no obstante, en cada operativo, los acompañan otros dos del programa nacional de abordaje territorial UNAMOS, que están provistos de pediatras, ginecólogos, odontólogos y médicos clínicos para responder a la demanda espontánea de los vecinos.
“Esto nos aporta la posibilidad de atender a toda la familia: un hermano mayor, la mamá, el abuelo o quien sea”, remarcó Sagardoyburu. Y ejemplificó: “Cuando nosotros vemos que tenemos un nene anémico, antes de irse lo evalúa un pediatra de UNAMOS y, si es necesario, le da hierro, le explica a la mamá cómo se lo tiene que dar y le provee las vitaminas que necesita”.
Foto: Archivo Programa Infoagua |
|
|