Las lluvias en al menos cinco estados mexicanos provocaron 7 muertes y hay más de 600.000 damnificados por las inundaciones, según un balance parcial de organismos de socorro. Estas organizaciones se mantienen en alerta ante la posibilidad de que haya más precipitaciones, aunque la tormenta Hermine, que pasó por el norte del país y ya avanza por Estados Unidos, se está disolviendo y seguramente sea degradada a depresión tropical.
Las víctimas mortales se elevaron a siete cuando tres trabajadores de entre 20 y 40 años que realizaban tareas de limpieza de un drenaje murieron sepultados por un alud de barro y piedras que cayó desde un cerro en San José Contadero, en el estado de México.
Los reportes de Protección Civil declaran que en todo el país hay unos de 614.000 damnificados por las lluvias. Desde Oaxaca informaron que allí la situación "ha afectado a 289.347 personas en 250 municipios y causó daños en 72.354 viviendas".
Otros 200.000 damnificados fueron detectados en Veracruz, sobre el Golfo de México, donde varias ciudades permanecen bajo agua. También en Tabasco, al sureste, reportaron que había 124.000 afectados. El presidente Felipe Calderón estuvo allí para supervisar con autoridades locales la atención de la emergencia y afirmó que éste "ha sido el mayor temporal de lluvias en la historia".
El gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, aseguró que al menos 79 localidades de ese estado permanecen inundadas; en Minatitlán, por ejemplo, las calles y comercios quedaron casi totalmente tapados por el agua.
Las fuertes lluvias en el Sur y Este de México han sido provocadas por un frente frío que también afectó a Guatemala, donde se registraron 45 muertos y se suspendió la búsqueda de 15 desaparecidos.
El paso de la tormenta tropical Hermine por el noreste mexicano no provocó, sin embargo, daños mayores y apenas se registraron cortes de electricidad y de agua. En la zona fronteriza con EE.UU. las autoridades desalojaron a 3.500 personas de los alrededores de la ciudad de Matamoros, fronteriza con Brownsville, Texas y las clases fueron suspendidas en los dos países.
En el lado norteamericano se cayeron algunos árboles y hubo cortes de electricidad pero no se reportaron lesiones graves, daños o inundaciones. Las autoridades tampoco ordenaron evacuar.
|
|
|