"De repente apareció detrás de nosotros una ola de cien metros y después un hielo gigante que afloraba del agua", cuenta José Modinger. El empresario de Puerto Montt no vivió el terremoto de febrero, pero una semana antes le tocó presenciar una especie de maremoto glacial en el ventisquero O'Higgins, en Aisén.
"Los hielos aparecieron en forma de cadena, uno detrás de otro, mientras que en la lancha nos retirábamos a toda velocidad". Modinger se hallaba en el lago O'Higgins y había aprovechado de llevar a su familia a conocer la pared helada del glaciar, pero ahora reconoce que no contaba con vivir una experiencia tan intensa, la que registró en video y fotografías.
Según Andrés Rivera, glaciólogo del Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CECS), el fenómeno se produjo porque el adelgazamiento de los hielos debido a la alta temperatura veraniega hizo que las masas que reposan en las profundidades del lago perdieran estabilidad y comenzaran a flotar. "Esa flotación produce una cantidad de témpanos gigantesca y el desmembramiento de la parte frontal".
Fenómenos como éste, al igual que el vaciamiento de lagos glaciares -conocido por las siglas GLOF-, se producen cada vez con más frecuencia y los científicos están preocupados.
Por eso durante el lunes y ayer martes, representantes de siete países se reunieron en un hotel capitalino para debatir estos eventos en un simposio internacional. Organizaron la cita el Centro de Investigaciones de Ecosistemas en la Patagonia (Chile), la Universidad de Concepción y la Greenwich University, de Inglaterra.
"Claramente, en el siglo XX se ve un incremento en el número de este tipo de eventos, en particular en la región patagónica, y esto ha aumentado en forma más dramática en los últimos 20 años", dice Rivera. Según el especialista, este aumento no es sólo un tema derivado de efectos ambientales sino que también obedece a que existe un mayor monitoreo. "Antiguamente muy pocos sabían de estos fenómenos porque ocurrían en regiones muy lejanas".
Normalmente se trata de lagos embalsados por glaciares. "Sabemos que el hielo ha estado adelgazando, retrocediendo y en ese contexto se pueden producir túneles, fracturas y un violento vaciamiento de las aguas.
Cuenta que en Chile, los casos más conocidos son el lago Témpano, en Campo de Hielo Sur, y el vaciamiento del lago Cachet 2, en Campo de Hielo Norte. Pero además, dice, han ocurrido otros eventos como el ya mencionado en el lago O'Higgins y desprendimientos en el glaciar argentino Perito Moreno.
Según Rivera, es necesario que la autoridad cuente con planes estratégicos para enfrentar este tipo de fenómenos. Reconoce que ya se han hecho monitoreos, pero falta un conocimiento mayor. "El programa se tiene que extender a muchas zonas que son desconocidas o de las que no hay buenos datos y luego, con esta información, hacer planes de ordenamiento territorial que incluyan la variable de riesgos potenciales para proyectos de inversión o asentamientos urbanos".
Entre las zonas a las que se les debe poner atención menciona el Lago Dixon, en el sector de Torres del Paine, y las cuencas del Copiapó, Aconcagua y Tinguiririca.
También pueden producirse deslizamientos de hielo y lodo producto de erupciones volcánicas. Villarrica y Coñaripe podrían verse afectados en este caso, dice.
Casos globales
Los expertos extranjeros que asistieron al seminario mostraron ejemplos de los Himalaya, los Alpes, Groenlandia, Islandia, Alaska y Estados Unidos.
Andy Russell, de la U. de Newcastle, contó que en Islandia, durante 1996, un lago glaciar que vaciaba mil metros cúbicos de agua por segundo llegó a descargar 25 mil por segundo debido al colapso de una barrera glaciar.
Jeffrey Kargel, de la U. de Arizona, explicó que, en el caso de su país, uno de los lugares que más preocupan es el volcán Monte Rainier, en el estado de Washington. En tiempos prehistóricos, gigantescos deslizamientos de lodo y hielo llegaron hasta zonas que hoy están pobladas.
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