No es lo mismo hablar sobre la falta de agua en Rafaela ahora, cuando ya se está en los prolegómenos de la campaña electoral para el año que viene -cuando no sólo se elegirá intendente aquí, sino que también el Gobernador de la Provincia-, que en otras instancias cuando las elecciones están bastante más lejanas en tiempo.
Es cierto, el gran crecimiento poblacional de la ciudad agudizó cada año el problema por la falta de agua potable, pues rápidamente fue desactualizando el viejo acueducto desde Esperanza, en tanto que las plantas de ósmosis inversa son apenas pequeños paliativos. "Como para ir tirando", apuntó alguien con agudeza.
La gran y única solución es el Acueducto Norte, eso lo sabe todo el mundo, pues traería suficiente agua para no tener problemas en el futuro. Y además, solucionaría el problema a todas las localidades en su traza, que originariamente iba hasta Tostado, pero ahora se redujo en su primera etapa desde la toma en Desvío Arijón hasta Rafaela, no incluyendo siquiera a Sunchales.
Por el acueducto se viene insistiendo desde hace más de 10 años, pasando varios gobiernos, primero peronistas y ahora el socialista, responsabilidad de todos. Poco tiempo antes de irse, Obeid dejó el proyecto hecho, la licitación y el plazo de obra de 36 meses, pero como el nuevo Gobierno puso todo en revisión, fue pasando el tiempo y también las condiciones económicas -aunque ahora vuelven a ser bastante favorables-, para que quedaran atrás casi 3 años, que con el plazo de 6 años para hacerlo, estira el plazo casi a una década. Es decir, hemos ido hacia atrás.
Pero claro, como ahora llegan elecciones trascendentes, todo el mundo quiere hacer buena letra. En la reunión de esta semana, la Provincia prometió que antes de fin de año se licitará la toma de agua en Arijón, lo cual es bueno pero no alcanza para calmar ansiedades y expectativas.
MAINA SIGUE MUY MOLESTO
Aun cuando se había dejado trascender de una posible reunión entre el Centro Comercial y el Concejo, dando continuidad a las que hubo con el Ejecutivo Provincial y luego con el Ejecutivo Municipal, las relaciones no parecen tan recompuestas que digamos con Jorge Maina, el titular del legislativo.
Así se comprobó en esa reunión por el agua en el Salón Verde, cuando ya en el final, Maina -que estaba en primera fila- pidió la palabra para remarcar la ausencia en el encuentro de representantes del CCeI, aun cuando estaba tratándose un problema crucial para la ciudad como el abastecimiento de agua, e incluso la posibilidad de hacer llegar el líquido al Parque Industrial.
De esa manera, buscó replicar en cierta forma lo que había recibido cuando el encuentro con Perotti y sus secretarios en la sede empresaria.
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