Así lo confirmó la responsable de la campaña de transportes de Greenpeace, Sara Pizzinato, que aseguró que la investigación del Artic Sunrise en el Golfo de México, ya cuenta con los primeros datos que identifican estrés en el plancton y otras consecuencias que aún no se sabe si se deben o no al vertido de BP.
A este respecto, dijo que se observaron "importantes modificaciones genéticas en el plancton" así como manchas de petróleo sobre las larvas de cangrejo azul.
También precisó que se están instalando boyas acústicas para evaluar el impacto del vertido sobre cetáceos como la ballena picuda.
Asimismo, añadió que se esperan nuevos datos ya que el barco "todavía no ha llegado al punto cero del vertido", y que más o menos alcanzará esa ubicación en octubre, informó la agencia Europapress.
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