Los chicos de cuarto y quinto año del Ipem 120 Anexo Smata estaban cansados del olor que sentían las tardes de calor en la escuela, proveniente del Canal Maestro Sur. Entonces, se les ocurrió analizar el agua y encontraron la causa: detectaron la presencia de Escherichia coli , bacteria que vive en el intestino de los animales e indicadora de contaminación reciente con materia fecal.
El Canal Maestro Sur recorre numerosos barrios de la ciudad de Córdoba, como Smata, Los Olmos, Parque Latino, Alejandro Carbó, Residencial Santa Rosa, Comercial, Mirizzi y Altos de Vélez Sársfield. El estado que presenta en algunos sectores es deplorable, convertido en un verdadero basural.
Los chicos del Ipem 120, ubicado en barrio Smata, conviven con el canal todos los días, ya que se encuentra a pocos metros del edificio en el que funciona la escuela. Asisten más de 300 chicos. Al lado hay otro establecimiento escolar, al que concurren cientos de niños al jardín y al primario.
El intenso olor a descomposición que tienen que soportar movilizó a los estudiantes de cuarto y quinto año de la especialidad de Ciencias Naturales a analizar el agua del canal de riego. Guiados por la docente de Química, Silvina Barrios, tomaron muestras en diferentes puntos, junto a otras del agua de red para que sirvieran como control. Luego las procesaron en el laboratorio que posee el Ipem. A los pocos días obtuvieron un resultado que explica en parte los malos olores del Canal Maestro Sur: colonias de bacterias coliformes totales. Y entre ellas, la peligrosa Escherichia coli .
Con gran seguridad, los chicos explicaron a La Voz del Interior que la presencia de esa bacteria indica contaminación fecal reciente, ya que se desarrolla dentro del intestino de los animales y no sobrevive más de 48 horas en el ambiente.
El mecanismo de análisis no les permitió saber qué cantidad de bacterias hay en el agua del canal, pero la docente que los guió opinó que puede haber en altas concentraciones. La Escherichia coli es causante de enfermedades como gastroenteritis, dolor abdominal, cólicos, malestar general, anemias, síndrome de mala absorción y síndrome urémico hemolítico.
“A los resultados los conoció la gente del barrio, lo que generó mucha preocupación”, comentaron los estudiantes. “El tema es que por la escorrentía del canal no pudimos averiguar de dónde viene la contaminación”, agregó José Alfonso, uno de los alumnos que participó de la experiencia.
También afirmaron que no hay mantenimiento ni limpieza, sino que los propios vecinos se ponen de acuerdo para limpiar. Y que, además, en las épocas calurosas, niños de la zona se bañan en las contaminadas aguas del Canal Maestro Sur.
Sin control. El trabajo de los chicos del Ipem 120 vuelve a poner sobre la mesa la contaminación de los cursos de agua que atraviesan la ciudad de Córdoba.
A la presencia de bacterias fecales detectada en numerosas oportunidades en el río Suquía, hay que sumar otros dos estudios que arrojaron resultados preocupantes sobre la calidad del agua de los arroyos El Infiernillo y Cañada.
La Escherichia coli es una constante en las aguas superficiales capitalinas. Su presencia indica contaminación fecal frecuente y, por lo tanto, descargas cloacales clandestinas al Suquía, los arroyos y los canales maestros Sur y Norte.
La Provincia se saca un cero en control
Por ley, es el Estado provincial el que debe velar por la calidad de los ríos, arroyos y canales.
Por Diego Marconetti
En los últimos años se escribieron decenas de informes para alertar sobre la fuerte contaminación que sufren los cursos de agua al atravesar la ciudad de Córdoba. La mayor parte de los estudios y análisis coinciden en que uno de los mayores problemas es el de la contaminación con desechos cloacales.
Esto se debe principalmente a conexiones clandestinas que hacen sus descargas en desagües pluviales o directamente en los arroyos y en el río. En los últimos años se sumó otro problema: la mayor parte de los barrios ciudades y las urbanizaciones sociales que construyó la Provincia poseen una estación de tratamiento de efluentes, que en muchísimos casos funciona de manera deficiente o no funciona. Como se multiplicaban los desbordes, se decidió conectar las plantas directamente a la red de desagües pluviales.
Por ley, es el Estado provincial el que debe velar por la calidad de los ríos, arroyos y canales. La Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia (ex Dipas) es el organismo que tiene el poder de policía para controlar el estado de los cursos de agua. Pero los resultados de los controles en los últimos años hablan por sí solos: en el caso del Suquía, la contaminación se incrementó en el último año, tal como lo demuestran resultados de los estudios del proyecto Picto, investigación a cargo de la Universidad Nacional de Córdoba.
Las sanciones de Recursos Hídricos sólo se conocen cuando las circunstancias políticas lo permiten: se repitieron multas por Bajo Grande a la administración de Luis Juez, pero con Daniel Giacomino fueron más benévolos y sólo se hizo una denuncia cuando la situación aguas abajo de la planta cloacal era insostenible.
Si la actitud de la Provincia sigue así, no hay posibilidad de que la situación cambie para mejor. Siendo optimistas, sólo se puede esperar que no empeore. |
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