La disponibilidad cada vez mayor de información sobre todo lo que nos rodea generó una tendencia en el mundo que ya plantea que la educación científica es un nuevo derecho social.
"La alfabetización del siglo XXI incluye ciencia y tecnología, y no estamos hablando de la educación para seguir carreras científicas, sino de la alfabetización básica de todo ciudadano para entender ciencia y tecnología. Esa es la entrada al futuro", explicó a LA NACION la doctora Nora Sabelli, asesora científica senior del Centro de Tecnologías para el Aprendizaje del SRI International, el ex Instituto de Investigación de Stanford, en los Estados Unidos.
De paso por el país para dar la conferencia de clausura de las 39as. Jornadas Argentinas de Informática, la doctora en química por la UBA puso como ejemplo: "La biología que tengo que conocer es la que necesito para hacerle preguntas a mi médico, por ejemplo. La física que necesito saber es la que me sirve para hablar con el mecánico de mi auto. Hoy enseñamos ciencia para ser científicos. Hay que empezar a mirarla de otra manera, y eso es lo que nos da la tecnología".
Para lograrlo, no basta con entregarles computadoras a los alumnos. Es necesaria también una preparación docente, que no esté separada de la universidad, y orientada a ayudar al alumno a analizar un problema y hallar la solución. Todo junto con un plan piloto previo a la implementación del programa educativo final.
"No estamos preparando a los chicos para mañana, sino para dentro de cinco o diez años", recordó la doctora Sabelli, que regresará al país para recibir el Premio Raíces junto con otros diez científicos argentinos que trabajan en el exterior y fueron seleccionados entre más de 300 de la Diáspora.
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