En la pequeña aldea de Agha Ali Jatoi, en la provincia paquistaní de Sindh, se escucha el susurro de la brisa en la plantación de palmeras datileras. Las marcas que dejaron las aguas en las paredes de las casas de adobe de la aldea, que en algunas viviendas se encuentra a dos metros de altura, son mudos testimonios de la inundación que cubrió a esta pequeña comunidad de 900 habitantes.
En distintos puntos de la aldea aún pueden verse charcos de agua estancada, postes de electricidad derribados y viviendas derrumbadas. En un espacio abierto en el centro de la aldea, varias mujeres jóvenes y algunas madres con sus hijos siguen con interés el desarrollo de una sesión del Programa de agentes sanitarias.
Las agentes sanitarias comunitarias, que cuentan con materiales de tratamiento médico y educación sobre la salud, se encuentran en la aldea con el objetivo de instruir a la población acerca de la importancia de la rehidratación y del mantenimiento de la higiene y limpieza en el hogar.
Lecciones fundamentales sobre la salud
El equipo está encabezado por Kalsum Jatoi, que desde hace siete años se desempeña como agente comunitaria sanitaria en Agha Ali Jatoi y tres aldeas cercanas. Entre las labores que desarrolla Jatoi figura la educación de las familias acerca del tratamiento de la diarrea y de la importancia de la limpieza y la higiene, así como la inmunización de los niños contra la poliomielitis, el sarampión y otras enfermedades y el suministro de suplementos de vitamina B.
Jatoi y las integrantes de su equipo, que realizan una visita quincenal a cada aldea, son muy conocidas en toda la provincia de Sindh.
Jatoi es una mujer silenciosa y modesta. Cuando explica el uso de las sales de rehidratación oral para tratar la diarrea, la concurrencia sigue su presentación con gran interés. Al final de su presentación, una madre le da un vaso de solución de sales de rehidratación oral a su hijo de corta edad, que sufre de diarrea acuosa aguda. El niño bebe ansiosamente el líquido y la pequeña multitud que le rodea aplaude.
Debido a que tiene cuatro hijos, Jatoi ha aprendido mucho acerca de la salud y la higiene que su propia experiencia como madre. "Ninguno de mis hijos ha enfermado desde las inundaciones", comenta. "Me aseguro de que beban agua potable y de que se laven las manos frecuentemente, además de bañarles y lavarles la ropa con regularidad".
La urgencia por difundir mensajes sobre higiene
Jatoi recibió la advertencia sobre la inminencia de las inundaciones mientras ofrecía una clase sobre fomento de la salud en una aldea de la región. De inmediato ayudó a varios habitantes a rescatar algunas de sus pertenencias y se refugió con ellos en terrenos más elevados, donde acamparon a la vera de un camino durante las cuatro semanas siguientes. Desde allí vieron con horror la veloz crecida de las aguas, que arrastró a su paso todo lo que había constituido hasta entonces sus vidas cotidianas.
Tres semanas más tarde los desplazados pudieron regresar a la aldea y comenzar a reconstruir sus vidas. Desde entonces, Jatoi y las demás integrantes del equipo de agentes sanitarias comunitarias han realizado sesiones con los niños y niñas de las aldeas de la región afectada por la inundación, una zona pobre y vulnerable ante los posibles brotes de diarrea y otras enfermedades, en especial en el caso de los niños.
UNICEF ha prestado apoyo al programa de agentes sanitarias comunitarias desde su creación. El organismo internacional suministra esfigmomanómetros para medir la tensión arterial, termómetros y elementos y materiales para diversos tratamientos médicos, como las sales de rehidratación oral y los suplementos de zinc.
UNICEF también abastece a las agentes sanitarias de materiales de información, comunicación y educación que facilitan las labores de capacitación y promoción que llevan a cabo en sus comunidades.
Un vínculo esencial con la comunidad
Pese a que no recibe paga desde hace dos meses, Jatoi realiza su trabajo a conciencia. Aún antes de las inundaciones había comenzado a ampliar su repertorio de actividades, que originalmente se centraba en la inmunización y el fomento de la salud, incorporando la orientación sobre la salud reproductiva. Debido a que en Agha Ali Jatoi hay 10 mujeres embarazadas, y otras 28 con hijos lactantes, las sesiones de orientación que ofrece Jatoi tienen una enorme importancia para las familias de la comunidad.
Jatoi explica que inicialmente muchas mujeres se mostraban renuentes a tratar temas relacionados con la salud reproductiva. "Pero ahora me conocen bien y hablamos sobre esos temas mucho más abiertamente", explica. "Me plantean preguntas y dudas que antes no se atrevían a expresar".
En el difícil periodo de recuperación tras las inundaciones, Jatoi y las demás integrantes de su equipo constituyen un vínculo esencial con la comunidad. Su participación resulta fundamental para garantizar que millones de niños y niñas del Pakistán afectados por el desastre natural estén a salvo de los posibles brotes de enfermedades mortíferas.
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