Después de cinco meses de arduas tareas contra el mayor desastre ambiental en la historia de Estados Unidos, la petrolera británica BP logró ayer sellar definitivamente la fuga de petróleo a más de 4000 metros de profundidad en el Golfo de México.
"Al fin podemos anunciar que la fuente de petróleo Macondo 252 está muerta", anunció el almirante de la Guardia Costera Thad Allen, designado por el gobierno norteamericano para coordinar la lucha contra la marea negra. "El yacimiento sellado ya no representa un peligro para el Golfo de México", agregó.
Por su parte, el presidente Barack Obama dijo que este logro es un "hito", pero destacó que se debe hacer todo lo posible "para que la costa del Golfo se recupere completamente de esta catástrofe". El mandatario destacó que aún están en marcha las tareas de limpieza por el derrame de petróleo, que afecta 900 kilómetros de costa norteamericana de gran valor ecológico.
La catástrofe se produjo a raíz de una explosión en la plataforma petrolera Deepwater Horizon el 20 de abril pasado, en la que murieron 11 operarios. La plataforma se hundió dos días después.
Por el fracaso de los distintos intentos de detener la fuga, en total se vertieron al mar 4,9 millones de barriles de petróleo (780 millones de litros). A mediados de julio se logró finalmente que no fluyera más petróleo al mar, a través de la colocación de una campana provisoria.
El jueves pasado, BP concluyó la perforación de un túnel de descarga, a través del cual introdujo una mezcla de cemento y lodo pesado en el orificio original de perforación, a 4000 metros de profundidad. Para el bloqueo definitivo se requirió también la perforación de un túnel lateral, para permitir el sellado desde abajo y lograr así un aislamiento completo. Todas estas operaciones, sumadas a las compensaciones, reportaron fuertes pérdidas económicas para BP, que se vio obligada a vender a la empresa estadounidense Apache varios campos petroleros y de gas. Además, el desastre le costó el cargo al jefe de la compañía, Tony Hayward.
La fuga de crudo también tuvo implicancias para todo el sector petrolero, ya que el Golfo de México es pilar de la extracción del crudo norteamericano y produce, según estudios oficiales, un cuarto del petróleo y del gas que se consume en el país.
El gobierno de Obama presentó el miércoles pasado nuevas normas para obligar a las empresas petroleras que operan en la zona a sellar definitivamente los pozos inactivos (unos 3500) y desmantelar las plataformas abandonadas.
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