Con casco de obra amarillo bajo el sol del mediodía en Palermo, Mauricio Macri se mostró ayer ante los medios de información para generar una noticia favorable que contrarrestara los contratiempos que le llueven últimamente, desde la causa de las escuchas ilegales hasta las tomas de escuelas, pasando por los derrumbes.
Fiel al manual del político que dice que las obras hay que mostrarlas la mayor cantidad de veces posibles –antes, durante y después de realizadas–, el jefe de Gobierno convocó a los periodistas para que todos juntos vieran un paso clave en la construcción de los túneles aliviadores del arroyo Maldonado. Se trata de la obra diseñada para paliar las eternas inundaciones en la zona de la avenida Juan B. Justo, que vuelven como una pesadilla para vecinos y funcionarios cada vez que llueve mucho en poco tiempo. Macri la presentó desde el comienzo de su gestión como la obra más importante de su período, junto a la recuperación del Teatro Colón.
Los túneles que contempla la obra en general, cuya construcción está a cargo de la empresa italiana Ghella, son dos. Uno de 4,5 kilómetros de largo , que corre desde la desembocadura del Maldonado, en la Costanera Norte, hasta la altura de la calle Niceto Vega. El otro tiene más del doble de esa extensión, ya que está previsto que termine a la altura de la calle Cuenca, en el barrio de Villa Santa Rita.
El que se terminó ayer fue el más corto. Macri, los periodistas y los trabajadores de la obra presenciaron el momento en que la tunelera, que venía realizando la excavación desde la Costanera Norte, rompió la pared y dejó apenas asomar su punta en un impresionante pozo de 30 metros de diámetro, cavado al lado del puente de la avenida Juan B. Justo que pasa sobre la avenida Córdoba y las vías del ferrocarril.
A la máquina que llegó a hacer 40 metros de túnel diarios , se la escuchó rugir ante la expectativa de más de cien operarios. “Ahí viene el dinosaurio”, decían algunos de ellos.
Después de que se fue Macri comenzaba la trabajosa tarea de sacar a la tunelera a la superficie, tras un año de tareas a 30 metros bajo el nivel del suelo. La gigantesca máquina, fabricada e importada de Canadá, pesa mil toneladas y tiene 100 metros de extensión. Su particularidad es que a la vez que saca la tierra va formando las paredes del túnel.
De todas maneras, el túnel cuya obra concluyó ayer, aún no entrará en funcionamiento ya que falta construir la conexión con el canal por el cual desde hace décadas corre el Maldonado, de tal manera que el arroyo pueda descargar su caudal cuando esté desbordado. Los trabajos, estiman en la Ciudad, estarán listos en mayo de 2011 . Entonces, los vecinos de Palermo y Villa Crespo ya deberían empezar a sentir la diferencia cuando llegue la primera tormenta.
La otra tunelera, que arrancó más tarde, recién está a la altura de la avenida Libertador, por lo cual se espera que el aliviador de mayor longitud no esté terminado hasta 2012. Este túnel deberá beneficiar a los vecinos de barrios como Floresta y Liniers, que están más arriba en el curso del Maldonado.
“Esta es la obra hidráulica más importante que se ha realizado en Buenos Aires en el último siglo. Es un día de festejo para los vecinos, ya que lo que se ha hecho les va cambiar la vida”, dijo Macri, después de fotografiarse con un grupo de obreros que trabajan en el emprendimiento.
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