Disimula bastante bien el gobernador sanjuanino, José Luis Gioja, que “se caga” en la Barrick Gold. El 14 de abril de 2009 fue quien acompañó con una sonrisa enorme al polémico empresario Peter Munk, dueño de la Barrick, hasta el despacho de la presidenta Cristina Fernández en la Casa Rosada. Habría que ver a cuántos empresarios bodegueros o viñateros sanjuaninos ha acompañado Gioja con tanto ímpetu y placer a visitar a la presidenta en los últimos años.
Igual, no deberíamos olvidar lo esencial en esta cuestión: la Barrick Gold –que fue fundada con dinero de Adnan Kashogui, el principal traficante de armas del mundo y otrora socio de Monzer Al Kassar- fue rechazada en varios países. Incluso en la Argentina fue echada por una protesta pública en Esquel, donde se lleva a cabo exitosamente el proyecto binacional Pascua–Lama entre Chile y la Argentina en zona de glaciares en la provincia de San Juan.
Para la extracción del oro la Barrick utiliza un sistema depredador del medio ambiente, se la llama "minería a cielo abierto". Para poder extraer un gramo de oro se deben detonar por lo menos cuatro toneladas de roca. Para lograrlo explotan las montañas literalmente dejando en su lugar un gran ojo profundo que mira al cielo. Luego procesan parte de la remoción en una mezcla de cianuro y agua llamado lixiviación. Utilizan diariamente entre 7 y 9 toneladas de cianuro, y a razón de 370 litros de agua pura por segundo, lo que en un año equivale a más de 5.000 millones de litros de agua. Y eso que el gobernador Gioja está “pensando en los sanjuaninos”.
Cientos de especies de la fauna cordillerana han emigrado ya del lugar y varias poblaciones de zona de montaña como la ciudad sanjuanina de Jachal sufren la sequía y la falta de agua incluso para consumo humano.
La Barrick está con los colmillos afilados esperando que la habiliten para reproducir este desastre ecológico en Famatina, La Rioja. La minería a cielo abierto con utilización de cianuro y agua de glaciares atenta claramente contra el patrimonio nacional. Sin embargo, la Barrick Gold está habilitada por más de 20 años en San Juan (la aprobación de la ley podría acortar ese plazo) y las ganancias proyectadas son de 25.000 millones de dólares sólo en el proyecto Pascua-Lama.
¿Y qué van a decir los gobernadores cuando expongan en la comisión de Ambiente del Senado? Sobre todo aquellos que gracias a la mega minería que utiliza agua de glaciares y cianuro para separar el oro de la roca y llevarse todo el metal precioso al exterior dejando migajas en nuestro país y un daño difícil de calcular en el tiempo. ¿¡Qué van a decir!? ¿Dirán la verdad? ¿Dirán que si se van esos emprendimientos deberán volver a hacerse cargo de que son el Estado y dejar de barrer la basura con cianuro debajo de la alfombra?
Estudios científicos recientes ratifican una vieja sospecha: las aguas de la cordillera de los Andes bajan del oeste al este por ley de gravedad, lo cual demuestra que hay certeza de que la contaminación de las aguas que generan los emprendimientos mineros no se quedan en la provincia que posee los glaciares y pueden dar vuelta un rato largo por varios puntos del país. ¿Es entonces una cuestión en la que sólo deban entender los gobiernos provinciales obviando el interés de todos los habitantes de la Nación? La respuesta pareciera ser un contundente "no". Esperemos que los gobernadores se animen a defender a sus pueblos cuando expongan.
Gobernadores pusilánimes han abundado en nuestra historia. Roguemos que los once gobernadores cordilleranos de esta época no sean de esa camada.
Los once gobernadores cordilleranos de la Argentina están invitados a exponer hoy en el Senado sobre el proyecto de ley que busca proteger a los glaciares y al denominado ambiente periglacial, que ya cuenta con media sanción de Diputados.
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