Más allá de la polémica desatada por aquellos días en que la Suprema Corte bonaerense condenó a la Municipalidad de Junín a bajar los índices de arsénico en el agua, pasó más de un año y la situación sigue siendo la misma: mediciones recientes arrojaron que los niveles son superiores a lo establecido por el Código Alimentario Argentino. Mientras el límite máximo es de 0,05 miligramos por litro (mg/l), en nuestra ciudad llega a ser de 0,10.
Si bien el fallo dictado a mediados del año pasado por el máximo tribunal provincial estableció un plazo de tres meses para la adecuación del servicio, hasta el momento no se han tomado medidas al respecto y los impulsores de la demanda que dio lugar a la sentencia no descartan volver a radicar una denuncia ante la Corte por el incumplimiento.
Así lo indicó a La Verdad el abogado Jorge Meza, uno de los responsables del amparo presentado a la Justicia, quien además expresó su indignación por “la falta de voluntad política para solucionar el problema”.
“Tenemos mediciones de junio-julio de este año que demuestran que prácticamente no existe modificación en los niveles de arsénico y nitraros. En función de eso pedimos una sanción económica por incumplimiento que se llama ‘astreintes’, cuyo contenido solicitamos que fuera destinado a la formación de un fondo para construir la planta potabilizadora. Eso fue rechazado en primera instancia y segunda instancia y por lo tanto, siendo esto una obligación que no se ha cumplido hasta el presente, tenemos que valuar cuáles son los otros caminos posibles para hacer cumplir esto. A un año vista el nivel de arsénico y de nitrato sigue siendo el mismo y tendremos que analizar otros caminos procesales que puedan llegar a hacer cumplir la medida”, expresó el letrado.
La sanción económica que solicitaron a la Justicia “era la solución por excelencia porque ese dinero se iba a destinar efectivamente a solucionar el tema del arsénico y si esto no se traduce a una posibilidad económica, voluntad política del Ejecutivo para cumplir no hay ninguna”, agregó.
La sentencia del máximo tribunal provincial revocó una dictada por la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Junín, que había rechazado el amparo presentado por un grupo de vecinos en representación de los intereses colectivos de los usuarios del sistema de agua potable que suministra la red municipal. En el fallo, votado por unanimidad por los siete ministros de la Corte, se destaca que tanto ley provincial 11.820 como el Código Alimentario Argentino fijan el límite máximo de arsénico en el agua en 0,05 mililitros por litro (ml/l). En Junín, oscila entre 0,5 y 0,10.
Meza explicó que el último pedido rechazado en primera y segunda instancia no se puede llevar a la Suprema Corte, pero “si se agotaran todas las posibilidades en la Justicia local tendremos que hacer una presentación en le Corte argumentando que ha pasado el tiempo y el anterior fallo no se cumple”.
“Nosotros lo único que podemos hacer es pedir y después quién tiene que resolver es la Justicia, pero hasta ahora la Justicia ha sido negativa ante los pedidos y estamos como estamos”, se lamentó Jorge Meza.
¿Qué es el arsénico?
Es un metaloide de origen natural que puede encontrarse en los suelos ricos en rocas volcánicas y que, al drenar las lluvias y formar las napas, se hace presente en el agua.
En nuestro país, las provincias de Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe y el centro de la provincia de Buenos Aires son las zonas más afectadas.
La OMS establece como máximo permitido para agua potable 10 partes por millón, mientras que para el ámbito de la provincia de Buenos Aires los máximos permitidos son de 50 partes por millón, tal como lo dispone el anexo A de la Ley provincial 11820 del año 1996.
El proyecto presentado plantea modificar dicho anexo para adecuar los límites a los planteados por la OMS.
Por sus características toxicológicas, el arsénico ha sido calificado como potencialmente cancerígeno.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) lo ha colocado en el “grupo 1” de los elementos productores de cánceres humanos, y la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. lo sitúa como el “cuarto de los primeros 54 elementos con mayor potencia para producir cáncer (Grupo A)”.
La toxicóloga Leda Gianuzzi desarrolla su labor como profesora en la UNLP y como investigadora en el Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología (CIDCA). Su análisis es directo: “El tema del arsénico es absolutamente preocupante, uno no sabe qué puede pasar. En 10, 20 o 30 años, la ingesta prolongada de arsénico puede causar cáncer”.
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