Una pericia judicial, realizada en la planta de tratamiento de residuos urbanos de Pacará Pintado, demostró el grave daño ambiental que produce desde hace tiempo y que afecta a la cuenca Salí-Dulce.
En la oportunidad, el ingeniero Juan Manuel Prado Iratchet, secretario general de la Federación de Organizaciones Ambientalistas No Gubernamentales de Tucumán, precisó que dicho informe es el resultado de una causa que se inició en diciembre de 2007, pero resaltó que desde ese tiempo, “la empresa ejecutó una serie de obras para atenuar los daños”, por ello remarcó que “es evidente que el daño que la planta hacía al medio ambiente en esa época es mucho mayor al detectado en este momento”.
Igualmente, remarcó que la pericia realizada recientemente “establece que la planta contamina los suelos, el aire, las napas freáticas y el río Salí, por lo tanto la cuenca Salí-Dulce”.
Destacó que “establecer un grado de contaminación es relativo, ya que previamente se debe establecer un parámetro de comparación. Lo que puedo afirmar es que la importancia de la contaminación depende del tipo de contaminante y el tiempo que dura la agresión contaminante. En este caso, Pacará Pintado arranca en el año 1999, con muy pocos RSU y, a partir de diciembre de 2004, comienza a recibir los RSU de la capital tucumana. El gran volumen de residuos durante ya casi seis años, la saturación de la planta, el mal tratamiento dado y la falta de control efectivo por parte del Estado provincial, configuran necesariamente un grado muy alto de contaminación”.
Teniendo en cuenta que en corto tiempo, la planta de tratamiento de residuos urbanos se trasladará a Overá Pozo, Iratchet destacó que “no conocemos las condiciones en que se realizarán los trabajos en dicho lugar, pero consideramos que si la empresa concesionaria es la misma, como se ha afirmado públicamente, los resultados serán probablemente muy similares en cuanto al daño ambiental producido hasta ahora por dicha planta”.
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