Extraer el mercurio del agua, petróleo y gas natural, sin residuos tóxicos ni contaminación ambiental, ya es posible con una técnica desarrollada por el Instituto Alberto Luiz Coimbra de Posgrado e Investigación en Ingeniería, de la brasileña Universidad Federal de Río de Janeiro.
El material contaminado pasa por un tubo con absorbente sólido de fosfato, que fija el metal en su estructura. Al regenerarse el absorbente el mercurio se volatiliza y luego se condensa. “El problema es almacenar el residuo, si no está bien hecho puede liberarse en el ambiente”, explicó a Tierramérica una coordinadora del proyecto, Vera Salim.
El mercurio, un metal muy tóxico lanzado a la atmósfera por la industria y la quema de combustibles fósiles, puede viajar largas distancias en el viento, los ríos o en el organismo de aves migratorias.
“El mercurio orgánico es el más letal. Puede estar presente en peces que, si consumidos, intoxican las personas”, acotó la investigadora.
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