Hace 50 años, en septiembre de 1960, profesionales de la empresa Aguas Corrientes (AC) acompañaron a funcionarios locales a visitar las obras encaradas para mejorar la provisión de agua.
Se acercaba otro verano y Bahía Blanca seguía sin obtener una respuesta adecuada para su demanda de agua potable. Sin embargo, aquel mes tenía al menos en marcha una obra que mejoraría sensiblemente la situación. Se trataba de la construcción del acueducto desde Paso de las Piedras hasta la planta potabilizadora de Grünbein. Una nutrida comitiva visitó esos trabajos en el Km 44 del camino a Paso de las Piedras, hasta donde llegaban los caños, cubriendo casi el 50 por ciento del recorrido, estando a unos 27 kilómetros de la toma. Los ingenieros Manuel Muradás y Domingo Coccia, por AC; Alberto de Ilzarbe, inspector de obra, y Víctor J. M. Puente, secretario de Obras Públicas del municipio, tomaron conocimiento de la marcha de la obra que, para el verano de 1961-1962, pondría punto final a las necesidades de agua. De regreso, la comitiva hizo una parada en Los Mirasoles, sobre el arroyo Napostá, donde AC captaba unos 20 m3 diarios de líquido que eran derivados a Grünbein. Los técnicos evitaron dar una fecha precisa sobre la finalización del acueducto. "Es una pregunta de alto vuelo, porque en la ejecución de la obra inciden muchos factores, por lo cual no se puede adelantar nada con seguridad", señaló Muradás.
Por último, el profesional dijo que el mayor caudal de agua de que se dispondría exigiría mucho cuidado, "para no hacer estallar la red de distribución inaugurada en 1903", explicó.
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