El Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ENRESS) realizará la semana que viene una serie de análisis en profundidad para tranquilizar a la población con respecto a la calidad del agua. La preocupación había surgido en la reunión realizada el pasado 6 del corriente, en donde muchos vecinos habían manifestado sus dudas con respecto a si el líquido vital que sale por las canillas es apto para el consumo.
Carlos Reyna, Gerente de Atención al Usuario, fue quien más interesado se mostró para que esto se concrete. La intención es analizar el agua para eliminar cualquier tipo de dudas sobre amebiasis o contaminación alguna.
Quienes brindaron mayores detalles fueron Vilma Ortolani, Gerenta de Control de Calidad y el Técnico Químico Gabriel Rizzo, especialista en Análisis e Inspección. La mujer recordó que se realizan desde hace años controles mensuales en la ciudad, tomando muestras desde diferentes puntos de la red, así como también en las tomas y se realizan controles químicos y microbiológicos.
"Quiero ser clara: todos los controles cumplen con la normativa presente. El agua es segura", afirmó.
Por otra parte, aseguraron que no son necesarios los filtros de carbono activado para el consumo de agua de canilla, muchos de los cuales son comunes de ver en las casas de familia. "Hay que ser claro: detrás de todo esto hay un negocio", señaló Dante De Nardo, Gerente Regional de Aguas Santafesinas.
Rizzo, por su parte, señaló que es complicado que se den casos de amebiasis a partir del agua. "Sin contaminación fecal en los pozos, la posibilidad de parásitos es muy difícil", dijo y dejó abierta una puerta para eliminar cualquier tipo de duda: "sin aún se cree eso, se debería realizar un estudio epidemiológico. En principio, nosotros creemos que no". Ortolani indicó que la asociación entre agua y amebiasis es "lógica": "lo ideal sería estudiar todas las fuentes de contaminación", reafirmando la idea de que un estudio epidemiológico sería lo mejor.
Más allá de esto -en lo cual no hubo una resolución- se tomó la decisión de acercarle para la semana próxima las direcciones de 9 vecinales de diferentes sectores de la ciudad (Arturo Benavídez, de la Federación de Entidades Vecinales sugirió que sean los barrios periféricos), más la casa de Fabiana Cossa, presidenta del barrio Pizzurno, la cual había manifestado tener problemas particulares.
SALES SI, ARSENICO NO
Es "vox populi" en la ciudad que el problema del agua de nuestra zona es el arsénico. Sin embargo, ayer se señaló que esto no es del todo cierto.
El agua que proviene desde el acueducto -es decir, la que proviene del acuífero El Puelche, en la zona de Esperanza- tiene un nivel máximo de arsénico 50 microgramos por litro y una baja salinidad. En la Planta de Osmosis Inversa de nuestra ciudad, hay una baja concentración de arsénico, pero es entre cuatro o cinco veces más el nivel de sales.
El problema surge con las napas. Aquí el agua se toma ya no del Puelche, sino del Pampeano, en donde las sales son menores, pero el arsénico se encuentra más concentrado. Este es el problema que se tiene con el agua extractada a partir de los viejos bombeadores, la cual puede ser utilizada para cualquier actividad, menos el consumo humano.
A LAVAR LOS TANQUES
Una de las cuestiones que seguramente serán parte de la campaña de concientización que realizará el Municipio y Aguas Santafesinas es que los rafaelinos deberemos lavar los tanques de agua una vez al año.
Muchos de los ciudadanos creemos que, una vez instalados, ya no hace falta ningún tipo de mantenimiento: esto no es así. Los recipientes, incluso aquellos que tienen tapas a rosca, tienen tierra. Ni hablar de los que, como consecuencia de alguna tormenta, su tapa ya no está y cualquier tipo de contaminación del agua potable es factible.
De acuerdo a lo manifestado por los funcionarios, no es difícil de hacerlo: sólo hace falta un poco de lavandina y mucho esfuerzo para rasquetear los costados.
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