El presidente del Comité radical y senador nacional intenta sin suerte aún que su bloque repita la conducta del de Diputados y apruebe la ley para proteger los glaciares, rechazada por la mayoría de los gobernadores cordilleranos (salvo el mandatario chubutense, Mario Das Neves) por sus restricciones a las inversiones mineras. Chocó con los senadores catamarqueños, y soportó una solicitada de repudio de la UCR de San Juan.
Cabe señalar, en ese sentido, que el chubutense Mario Cimadevilla, anticipó su decisión de aprobar la Ley de Protección de Glaciares y además se pronunció duramente contra la actividad minera.
Mientras se desarrollaba la reunión de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado, en los pasillos se escuchó a un vehemente Ernesto Sanz afirmar que ese mismo día intentaría que su bloque fije una postura única respecto al proyecto para proteger los glaciares.
Y esa posición, en concordancia con lo hecho en Diputados, debía ser aprobar la iniciativa que rechazan a gritos los gobernadores cordilleranos, por los límites que fija a las inversiones mineras, eje de sus economías y causales de más del 4% del PBI argentino.
En la reunión de bloque de esa noche Sanz chocó con la misma realidad de la Cámara baja: los catamarqueños avisaron que votarán en contra. Y por si fuera poco, a los pocos días leyó una solicitada del Comité de San Juan, sin presencia en el Congreso, recriminado cualquier ley que le ponga freno a la minería.
La resistencia de la UCR catamarquina tuvo su puntapié inicial el 14 de julio, cuando el diputado Oscar Molas se apartó del bloque y votó en contra del proyecto. En el Senado, la voz cantante la tuvo Oscar Castillo, que representa a también a Blanca Bonllau, y no escatimó adjetivos para replicar la avanzada de Sanz a favor de la iniciativa para despejar inversiones en la zonas de glaciares y periglaciares, definidos como los suelos congelados que desembocan en un recurso hídrico.
Varios radicales se habían permitido especular con una postura intermedia de este dueto por el faltazo a la comisión de ese día de su gobernador Eduardo Brizuela del Moral. Pero no hubo nada de eso.
Sanz encontró un nuevo escollo a su deseo de homogenizar cada vez más a los bloques legislativos del partido. Ese anhelo choca seguido con su pretensión de correr al Gobierno por izquierda y, por otro lado, con el de mantener una armonía con las empresas e industrias hastiadas del kirchnerismo. De hecho, los directivos de Techint todavía sueñan con que el senador mendocino sea el candidato radical que destrone a los Kirchner.
La protección de los glaciares también se la piden los viñateros mendocinos, no tanto por fervor ambientalista sino porque la norma despejaría las inversiones mineras de la región. |
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