El médico y ambientalista Enzo Vaccaro Vázquez lagrimea cuando habla de Villa Inflamable. Pero no es porque el tema lo llene de angustia, sino porque está contaminado con tolueno, como casi todos los habitantes de Dock Sud. "El poder explosivo del Polo Petroquímico equivale al de las bombas atómicas tiradas sobre Nagasaki e Hiroshima. No hay manera de evacuar, si se incendia sería una carnicería: no quedaría nadie vivo", se alarma Vaccaro, que fue dos veces director del hospital Fiorito y subsecretario de Salud del municipio de Avellaneda entre 2002 y 2004.
-¿Cuál es la situación de Villa Inflamable?
-En el Polo Petroquímico hay radicadas más de 40 empresas, la mayoría petroleras, que utilizan como insumo el agua que nosotros consumimos. El agua que usan vuelve al río, pero con sustancias que van desde el plomo hasta el talio. En Villa Inflamable viven unas 1.300 familias que están condenadas a muerte: las napas están contaminadas y, en pleno verano, uno raspa la tierra y el petróleo sale a la superficie.
-¿Cuál es el estado de salud de sus habitantes?
-Cuando se hizo el primer estudio en 2003, inmediatamente hubo que internar a los chicos por los altísimos niveles de plomo en sangre. Al medir el impacto de los tóxicos en el ambiente, se descubrió la presencia de tolueno, xileno y benceno. El tolueno es el peor, porque es más difusible. Yo mismo estoy contaminado, con serios problemas en la vista.
El tolueno provoca polineuritis, irritación en las mucosas, náuseas, vómitos, trastornos del sueño, dolores de cabeza y dolores musculares. Sobre el xileno no hay experiencia clínica, pero el benceno es fuerte cancerígeno que además se manifiesta en enfermedades der
matológicas. El gran problema del Polo Petroquímico es su radio de intoxicación: de acuerdo a como sople el viento puede llegar a Berazategui o a Barracas. Inclusive a la Casa Rosada.
-¿Qué se puede hacer por esta gente?
-Muy poco. La única medida aceptable es el traslado. El agua que vierten en el río y que nosotros tomamos contiene plomo y benceno, que son oncogénicos. Lo que pasa es que no hay estudios sobre la- población y los efectos sólo se pueden medir en el tiempo. Si estás expuesto hoy al cromo, el cáncer lo vas a tener en 20 años. Es como el cigarrillo: cuando empezás a fumar no hay problema, pero vas a sentirlo en 20 o 30 años.
-¿Hay ayuda sanitaria?
-La única vacuna contra la contaminación es la información. Hoy la gente llega a los hospitales con síntoma de intoxicación y se los atiende por patologías derivadas, como el agotamiento, dolores de cabeza o dolores musculares.
Avellaneda tiene dos hospitales interzonales, uno municipal y un materno infantil y en ninguno hay un cartel que diga: 'Si usted proviene de tal zona y tiene tales síntomas puede estar contaminado'. Eso no existe. En el primer nivel de atención, que son las salitas de los barrios, les dan una pomadita y listo. Cuando hay patologías prevalentes, debe haber folletería y formación constante de los profesionales.
-¿Cuáles son las primeras medidas a tomar?
-El Polo Petroquímico debe erradicarse. Hoy los insumos tóxicos llegan por zonas altamente urbanizadas. Nunca a nadie se le ocurrió, a pesar de que hay un sistema de autopistas, hacer un ducto para que los camiones pasen directamente, sin comprometer la vida de la población.
Para la gente no hay otra solución que la relocalización. En Villa Inflamable no se puede vivir. Cuando estás intoxicado necesitás una alimentación sana y balanceada, pero en un medio tan precario estás condenado. La causa más importante de anemia en los chicos es la parasitosis. Se cura simplemente con una pastilla tres veces por día. No es imposible. Sin agua segura esos chicos no pueden sobrevivir
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