Cinco antiinflamatorios (diclofenaco, ibuprofeno, ketoprofeno, naproxeno y salicílico), un estimulante nervioso (cafeína), dos antibióticos (sulfametoxazol, y trimetoprim), dos reguladores lipídicos (clofíbrico y gemfibrozilo), un antiepiléctico (carbamazepina), un ?-bloqueante (propranolol) y cuatro hormonas (tres naturales: estrona, 17?-estradiol y estriol; y una artificial: 17?-etinilestradiol) son los fármacos encontrados en Doñana, informa Sinc.
Estos compuestos, consumidos y metabolizados por el ser humano, son descargados en forma de orina y heces a través de los sistemas de saneamiento de las poblaciones del entorno del parque.
Un grupo de investigadores ha realizado una primera estimación de los riesgos ecotoxicológicos y ha comprobado cómo ciertas concentraciones de fármacos suponen un riesgo para organismos acuáticos como el pólipo Hydra attenuata.
Experiencias previas del equipo, en colaboración con la Universidad de Stirling (Reino Unido), demostraron que exposiciones de cinco días a diferentes fármacos provocaban alteraciones de diferentes genes en el hígado y el cerebro del salmón atlántico.
El ibuprofeno es el compuesto más abundante: cada año 140 kg del mismo acaban en los afluentes de Doñana (río Guadiamar, arroyo del Partido y arroyo de La Rocina), explica Esteban Alonso, autor principal del trabajo, publicado en Journal of Hazardous Materials, e investigador en el Departamento de Química Analítica de la Universidad de Sevilla.
Las tecnologías empleadas en el tratamiento de aguas residuales son «insuficientes» para la eliminación total de estas sustancias, y sólo lo consiguen en algo más de un 60%, «con variaciones significativas de un fármaco a otro».
Los científicos recomiendan la implementación, en las depuradoras actuales, de tratamientos terciarios basados en procesos de oxidación o en sistemas de membranas. |
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