Luego de varios análisis en diversos puntos de la desembocadura del arroyo Ludueña, la provincia determinó que la marea de peces muertos encontrados la semana pasada se produjo por falta de oxígeno en el agua. Los factores que provocaron esta situación fueron los niveles alarmantes de material fecal y basura, sumados a una reducción del caudal del arroyo. La contaminación (cuyos valores hicieron imposible la supervivencia de la fauna ictícola) se produjo por la descarga clandestina de líquidos cloacales en los conductos pluviales.
En este marco, funcionarios de Medio Ambiente de la provincia estimaron que en marzo podría comenzar a funcionar la estación elevadora de Empalme Graneros que captará los desechos domiciliarios del Emisario 10 para volcarlo aguas abajo de la planta potabilizadora.
Saturado. El director provincial de Medio Ambiente, Edgardo Seguro, confirmó que la falta de oxígeno fue la causa de la masiva mortandad de peces en el Ludueña. “Fue corroborado por los análisis en diferentes puntos del curso del arroyo. Se detectó la falta de oxígeno por una presencia muy elevada de materia orgánica (fecal) que consume el oxígeno al degradarse sus bacterias en el agua”, dijo el funcionario.
El Ludueña recibe una descarga importante de líquidos cloacales conectados a conductos pluviales, sobre todo a la altura del Emisario 10 (Empalme Graneros). A eso se sumó la basura arrojada desde asentamientos de la zona oeste.
Aunque el hallazgo de gran cantidad de sábalos muertos fue unos 12 días atrás, Medio Ambiente ya había obtenido muestras del Ludueña con elevados niveles de materia fecal. El pasado 8 de septiembre se obtuvieron muestras a la altura de las calles Nansen, Sorrento (cerca del Carrefour), en la colectora de Circunvalación y en las embocaduras de los canales Salvat e Ibarlucea.
?“Si tomamos la cantidad de miligramos de oxígeno por litro de agua, el límite para la supervivencia de la vida acuática es 4. En el tramo inferior los valores dieron 3 cuando el nivel óptimo es de 9. Ahora en la cuenca superior los valores dieron 11, porque la proliferación de algas hace aparecer nitrógeno y fósforo en el agua”, detalló Seguro.
Obras. Las obras para solucionar la contaminación estructural del Ludueña están en ejecución. La fundamental es la estación elevadora Empalme Graneros, una suerte de barrera que se colocará para derivar los efluentes cloacales descargados en los ductos pluviales de la zona oeste y bombearlos al sistema cloacal a través de una estación elevadora que vierte los líquidos aguas abajo de la planta potabilizadora de Aguas.
Sobre la problemática de la basura, la solución involucra aspectos sociales y la intervención del Estado respecto de la clasificación y disposición final de los residuos. Para evitar el volcado permanente de basura al arroyo desde sectores informales de la recolección, se debería montar una planta de clasificación similar a la que funciona en una cooperativa de cirujas en San Martín y Platón, en zona sur.
Hay niveles de nitrógeno y fósforo aguas arriba
“Los peces se murieron por falta de oxígeno y no por altos niveles de sustancias químicas en el agua. Esto se corroboró por ensayos de laboratorio en los que no se hallaron pesticidas. En cambio, aguas arriba hay niveles no muy altos de nitrógeno y fósforo que contienen los fertilizantes usados para la agricultura”, explicó el director provincial de Medio Ambiente para la zona sur, Edgardo Seguro.
Los análisis líquidos se realizaron en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNR. Se hicieron las necropsias y se constató que no hubo daño en los órganos de los peces. Y si bien faltan las contrapruebas de laboratorio, es casi un hecho que la mortandad no ocurrió por la ingesta de sustancias tóxicas. “Está descartado que la causa fuera la presencia de metales pesados, por lo que se busca establecer si pudo influir la descarga de efluentes cloacales. Se apunta al exceso de descarga orgánica sobre los emisarios.
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