“Los océanos cada vez son más ácidos a causa de la entrada de agua dulce”, fruto del deshielo de los glaciares, explicó Olmedo desde las Islas Galápagos, donde concluyó una reunión de los mayores expertos de la región sobre el tema.
En este sentido, argumentó que esta acidificación de los océanos “debilita a los organismos de agua salada” y añadió que esto tendrá “una repercusión en todos los países latinoamericanos”, informó el sitio mexicano, Planeta Azul.
La principal conclusión del encuentro, que ha reunido a los administradores de Programas Antárticos Latinoamericanos (Rapal), es que el cambio climático está transformando el ecosistema de la Antártida.
Olmedo explicó que en esta región predomina un ecosistema relacionado con el agua salada del mar, pero ahora, con el deshielo de los glaciares, está penetrando agua dulce en las costas, lo que fuerza a los seres vivos a emigrar mar adentro.
El director del Instituto Antártico aclaró que estos organismos son de los que se alimentan otros animales como los pingüinos, focas o aves, que también se ven obligados a ir a zonas más alejadas para alimentarse.
El ecuatoriano puntualizó que estos son procesos que se dan a “largo plazo”, pero que ya se empiezan a “visualizar en el encadenamiento” del ecosistema antártico.
Además, aseguró que lo que pase en esta región “indudablemente” afectará a todo el planeta, no sólo por la acidificación de los océanos sino también porque con la “disminución de los glaciares aumenta el nivel del mar”.
Según Olmedo, eso es un problema para las poblaciones costeras y que están al mismo nivel del mar porque el agua aumenta y penetra en las ciudades.
Otro de los objetivos de la reunión del Rapal fue unificar la información y los esfuerzos sobre lo que se conoce de la Antártida, así como coordinar proyectos de investigación y actos que sirvan para aunar los esfuerzos y no repetir acciones innecesarias.
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