Un asentamiento amaneció inundado en la ciudad cabecera. La tormenta de agua y granizo anegó cientos de viviendas y afectó 15.000 hectáreas de frutales en la zona de Las Pintadas. En la Villa Cabecera hubo evacuados. Las víctimas del fenómeno climático cortaron la Ruta Nacional 40 y exigieron una solución al habitacional.
Una vez más la furia de la naturaleza asestó un duro golpe a los más necesitados. La tormenta se desató el domingo por la tarde y se extendió hasta la madrugada de ayer. Provocó una inundación de grandes proporciones que afectó a más de 200 viviendas del asentamiento El Progreso y parte del barrio Unión, en la ciudad cabecera. Además, hubo serios problemas para contener el agua que se salió de cauce en Las Pintadas, donde a raíz del granizo se registraron importantes pérdidas en amplias zonas cultivadas con frutales.
Desesperación
La desesperación, la resignación y luego la impotencia, ganaron cada rincón de uno de los sitios más humildes de Tunuyán. En El Progreso cientos de familias perdieron gran parte de sus escasos bienes bajo las aguas, que sin contención alguna se abrieron paso por entre callejones que en pocos minutos se transformaron en canales e ingresaron a las viviendas sin dejar nada a su paso.
El agua no dio tregua, fue incontrolable y las humildes moradas, levantadas con maderas sobre fríos pisos de tierra y techos de nailon, quedaron bajo el agua que creó barriales donde se levantaban los precarios hogares de changarines y sus numerosos grupos familiares.
Fue el caso de Jésica Ávila, de Nancy Oviedo, y de Carlos Quiroga y su mujer, Trifina Moyano, quienes vieron cómo el agua les arrebató lo poco que tenían y además les asestó un puñetazo a sus esperanzas.
El fantasma de los saqueos llevó a los moradores de El Progreso a resistirse a abandonar sus viviendas para ponerse a salvo en el Albergue municipal, donde fueron albergadas unas 50 personas.
Cortes de ruta y respuesta
Unas 60 personas decidieron apostarse sobre la Ruta Nacional 40, un kilómetro al norte del puente del Río Tunuyán. En ese punto encendieron viejos neumáticos de camión y cortaron la vía terrestre en reclamo de la presencia del intendente, Eduardo Giner.
Hasta ese lugar llegaron efectivos de la Policía de Mendoza y uniformados de Gendarmería. Más tarde los vecinos se ubicaron sobre el puente del río Tunuyán, donde realizaron un corte total de la ruta 40.
Cerca de las 16, luego de haber realizado cortes intermitentes que generaron colas de hasta tres kilómetros a ambos lados del piquete, liberaron la ruta.
En la Comuna se informó que en total asistieron a unas 200 familias.
El intendente recibió por la tarde a los vecinos y acordaron la realización de un relevamiento para conocer las necesidades de cada familia. En los próximos días se construirán los contrapisos de las casas, y también acondicionarán la zona del asentamiento. Está previsto que las viviendas que están en zonas más bajas sean “levantadas” y reinstaladas en el lugar, pero a mayor altura.
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