Entre enero y julio de este año se registraron 140 casos positivos de leptospirosis en la provincia. Comparado con 2008 y 2009, cuando el número de casos trepó a 9 y 18 respectivamente, el dato puede resultar llamativo. Pero las inusuales lluvias y crecidas, como las que se produjeron en los primeros meses de este año, favorecieron el desarrollo de la enfermedad, como ocurre cada vez que se presentan situaciones de este tipo.
Según autoridades del Ministerio de Salud, la sequía y la pandemia de gripe A contribuyeron a reducir la cantidad de casos de leptospirosis durante los dos últimos años.
Estadísticas aportadas por el Ministerio de Salud muestran cómo los años marcados por una creciente de ríos o precipitaciones excepcionales coinciden con un aumento ostensible de casos de leptospirosis. Así ocurrió, por ejemplo, en 1998, 2003 y 2007 (ver infografía). Esto tiene estrecha relación con el contacto de las personas con agua, barro o materiales húmedos y animales transmisores de la enfermedad.
Bajo estas circunstancias, en enero de 2010 -fue un mes de crecidas- Reconquista, Santa Fe y Rosario tuvieron el mayor número de casos. Para la directora de Promoción y Protección de la Salud, Andrea Uboldi, el cuadro epidemiológico es casi comparable con la situación hídrica de 2007, pero en cuanto al número de casos y no a la catástrofe en sí. “En un año, puede haber entre 10 y 15 casos y cuando se producen estas catástrofes los números suman hasta 140 ó 150” consideró la profesional.
—¿Estos 140 casos positivos en la provincia preocupan o están en los carriles normales?
—La normalidad no se puede definir, porque cuando las enfermedades están marcadas o altamente determinadas por condiciones climáticas, sobre eso no se puede intervenir. El objetivo es tomarla como una enfermedad que nos debe ocupar porque es típica de Santa Fe. Uno tendría que trabajar en mejores diagnósticos para llegar más rápido al paciente y en la capacitación de equipos de salud para que piensen en esta enfermedad y le pongan un tratamiento antibiótico.
Trabajar con municipios y comunas en el control de roedores también es muy importante.
—En Santa Fe y alrededores, la estadística muestra más casos positivos (70) respecto de otras regiones. ¿Es una zona con alguna situación particular que la exponga más a este tipo de enfermedades?
—La situación de crecida del río fue diferente para Rosario y Santa Fe. En Rosario también creció el río y hay población sobre sus márgenes, pero en la costa de Santa Fe hubo zonas donde el agua permaneció mucho más tiempo. En ese momento, tuvimos muchas charlas con los pescadores de la zona. Por suerte tuvimos la veda en enero y eso vino bien, porque no iban a la isla. Cuando uno tiene determinado perfil de población donde su trabajo es la pesca, es muy difícil pedirles que no pesquen, es su fuente de ingresos. En el momento de la veda, tuvimos cierta tranquilidad pero luego debimos reforzar mucho la ida de la gente a pescar, que la expone a riesgos por el agua estancada y el traslado de animales.
Perfil diferente
“Lo que notamos este año fue un perfil diferente de la enfermedad”, planteó en otro orden Uboldi, con cuadros más graves con afección del pulmón.
“En esta situación puntual, tuvimos el primer reporte a partir de la internación de pacientes en el hospital Cullen (en enero), en donde la manifestación que motivó la intervención fue el compromiso pulmonar. A partir de ahí encontramos que la internación de muchos de ellos fue a expensas de este compromiso, que en algunos pacientes llevó a la necesidad de respirador y en otros condicionó la muerte”, añadió.
“Este perfil, más grave que el que se presentaba habitualmente no está claro en el mundo por qué se presenta”, explicó Uboldi. Consideró que se puede atribuir a dos factores: “O es la bacteria, diferente a la que se venía presentando, que tiene mayor agresividad mayor o es el cuerpo de las personas que reacciona a veces de un modo exagerado y favorece formas más graves”. Para la profesional, los pacientes en que la enfermedad asume este perfil son más susceptibles de tener complicaciones.
—¿Esto recién lo empezaron a notar este año?
—Ya en 2007 había un reporte de que estas formas se podían presentar. Incluso en el hospital Muñiz en Buenos Aires, vienen viendo estos casos. En esta situación de incremento de casos particular estuvimos más interesados en buscar estas formas pulmonares. De hecho, durante enero, febrero y marzo, cualquier caso que se presentaba e internaba con compromiso pulmonar importante, más allá de pensar en gripe o hantavirus, se empezó a pensar en leptospirosis.
Vacuna
Uboldi explicó que existe una vacuna de origen cubano para combatir la leptospirosis, desarrollada en ese país sobre la base de cepas específicas. La misma tuvo resultado relativo “en cuanto a que pudieron trabajar sobre un brote particular en una región de la isla”, explicó Uboldi. Pero tiene la limitación de que necesita dos dosis con intervalo de un mes y los anticuerpos tienen una duración de dos años. “Todavía para Argentina no es la solución definitiva”, opinó.
Medidas de prevención
Evitar el contacto con agua estancada.
Utilizar medidas de protección adecuadas cuando se trabaja en zonas de riesgo, como botas y guantes.
Mantener el patio y jardín limpios.
Desmalezar terrenos baldíos.
Tapar los orificios del hogar por donde puedan ingresar los roedores.
Eliminar basura y escombros, acondicionarlos para que no se transformen en refugio de roedores.
Colocar la basura en recipientes con tapas ajustadas.
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