Un alud sepultó de madrugada a más de un centenar de casas en una zona pobre y remota del suroeste de México, posiblemente matando a decenas de personas mientras dormían, aunque el saldo provisional es de 7 fallecidos y 100 desaparecidos.
Las fuertes lluvias en las zonas montañosas del Estado de Oaxaca provocaron el desprendimiento de una franja de tierra que se precipitó sobre las casas en Santa María Tlahuitoltepec, de 9.000 habitantes, entre las 3 y 4 de la madrugada. Fausto Martínez, un trabajador de protección civil de Oaxaca, explicó que un residente de la zona había llamado a primera hora: "Dijo que la montaña se había derrumbado y había un montón de personas en sus hogares a causa de la hora. Nos dijo también que colapsó un área de aproximadamente 200 metros de ancho".
"No hemos podido llegar al lugar. Se está trasladando personal del Ejército mexicano, rescatistas y personal de salud", informó el gobernador Ulises Ruiz, que indicó que un cerro había caído "sobre entre 100 y 300 viviendas" y que se temía por la vida de "entre 500 y 600 gentes, se dice que hasta mil". El mismo gobernador intentó llegar a la zona afectada en helicóptero pero los intensos vientos se lo impidieron. No se puede acceder por tierra porque un derrumbe en la carretera impide el paso y la comunicación también es compleja, dado que en ese pueblo indígena no hay instalaciones telefónicas fijas ni móviles y la única vía al exterior es un teléfono satelital.
La mayoría de las casas de Santa María Tlahuitoltepec son de muros de adobe y techos de madera y tejas, y su principal actividad económica es la agricultura. Donato Vargas, secretario de bienes comunales del lugar, contó que buscaban sobrevivientes desde el amanecer. "Tememos que las personas desaparecidas estén sepultadas dentro de sus viviendas porque ya las hemos buscado en lugares cercanos", comentó. Relató que al amanecer reinaba el caos y la confusión en la comunidad y que pobladores de localidades cercanas acudieron a la zona para tratar de escarbar en la tierra, muchas veces con las manos, y acceder a las viviendas sepultadas.
México ha tenido en 2010 la peor temporada de lluvias en los registros históricos. Desde mitad de mayo murieron más de 80 personas por esta causa.
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