La presencia del secretario de Ambiente de la Nación, Homero Bibiloni, ayer en el Senado no dejó dudas sobre cuál será la posición de la mayoría del bloque oficialista cuando la Cámara Alta ponga punto final a la polémica en torno de la ley de protección de glaciares. El funcionario dejó claro que la Casa Rosada apoya el proyecto de ley que el Senado votó el año pasado, que es menos restrictivo que la sanción que en agosto dio Diputados para la actividad minera al pie de la cordillera de Los Andes.
El Senado tenía previsto tratar mañana en una sesión especial la ley de glaciares, pero las autoridades de los bloques decidieron introducir el tema en la sesión ordinaria de hoy junto con otros proyectos.
Ayer, en la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable se impuso la posición del Gobierno, ya que ocho legisladores apoyaron la idea de ratificar la media sanción original del Senado y sólo cuatro (entre ellos el kirchnerista Daniel Filmus, que fue aislado por sus pares de bancada y sólo encontró eco en dos radicales y la juecista Norma Morandini) se manifestaron a favor de aceptar los cambios que introdujo Diputados.
Con este escenario se prevé que hoy, luego de un intenso debate que coronará una sesión maratónica, se convierta en ley el proyecto que fija presupuestos mínimos para la protección de glaciares y que sólo prohíbe la actividad minera en la zona de los grandes hielos, y es más flexible para los emprendimientos productivos en los ambientes periglaciares.
En los cálculos preliminares de todos los bloques, la posición que defendieron los gobernadores cordilleranos y que ayer avaló la Casa Rosada tenía una diferencia de al menos 6 ó 7 votos sobre la tesitura de los grupos ambientalistas que lograron “endurecer” las restricciones cuando el tema pasó por Diputados.
La jornada de ayer en el Senado fue intensa. Además de Bibiloni, dieron sus pareceres la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos (a favor del proyecto de Diputados), cuatro cámaras empresariales (todas por la media sanción original del Senado) y hasta el premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel (quien defendió la posición de la ONU de que el agua es un derecho humano).
En el medio, hubo duros cruces. Uno de ellos entre Bibiloni y la senadora porteña María Eugenia Estenssoro, quien cuestionó que el Gobierno apoye el proyecto que el Senado se apresta a ratificar hoy porque éste no fija plazos para que las provincias y el Ianigla (Instituto de Glacialogía) realicen el inventario de los grandes hielos a fin de que la ley entre en vigencia.
El otro chispazo se produjo entre Filmus (autor de la media sanción original del Senado y a su vez impulsor, junto al diputado izquierdista Miguel Bonasso, de los cambios realizados por la Cámara Baja) y la sanjuanina Marina Riofrío. Ambos compañeros dejaron claro que están en las antípodas. Mientras el porteño deslizó que hay “intereses” no santos, la cuyana dijo que las provincias cordilleranas tienen derecho a que la ley tenga rigor léxico porque los pueblos de las zonas áridas corren el riesgo de no poder prosperar económicamente.
Sucede que el proyecto de Diputados define el ambiente periglaciar como los suelos congelados, mientras que el del Senado aclara que son aquellos que se congelan en forma permanente. La diferencia no es menor ya que si se restringe el sentido, la explotación minera podría proliferar.
Dado que hay divisiones, todos los legisladores tendrán “libertad de acción”. No se descuenta que en lugar de la ratificación de la sanción original del Senado o de la aceptación de los cambios hechos por Diputados, los senadores exploren una tercera vía de consenso. Esto implicará fusionar ambos textos, pero dejando el espíritu del proyecto del Senado, que da más chances a la actividad minera.
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