En un primer momento, la hipótesis suena fantasiosa. Pero cuando se relacionan los hechos, el panorama que se presenta es, como mínimo, inquietante. Tres expertos plantearon ayer la posibilidad de que la tremenda mortandad de peces que se registró en agosto en el embalse El Frontal no tendría origen exclusivamente a la contaminación del agua o en problemas climáticos, sino que formaría parte de un fenómeno continental en el que estaría involucrado un bombardeo de rayos gamma provenientes de una explosión espacial.
El secretario de Medio Ambiente, Alfredo Montalván; el director de Ecología del Instituto Lillo y asesor de Montalván, Juan González, y el climatólogo Juan Minetti presentaron una investigación titulada "Peces muertos: muchas preguntas y pocas respuestas". El trabajo fue realizado por Minetti a pedido de Medio Ambiente.
Debate
Antes de comenzar la exposición, aclararon que la intención no es alarmar a la población, sino generar un debate para estudiar los sucesos y prevenir hechos más graves que puedan afectar al ser humano. González explicó que la mayor intensidad del fenómeno en El Frontal se produjo los primeros días de agosto y que murieron entre cuatro y cinco toneladas de peces, lo cual representaría el 1,3% de la biomasa ictícola, según los datos de los que disponen.
Luego, Minetti aclaró que en los mismo días se denunciaron fenómenos similares o más graves en lugares geográficamente tan distantes unos de otros como Uruguay, Luisiana (Estados Unidos), Brasil, España, Portugal y Puerto Natales (en el extremo sur de Chile). "En Bolivia solamente se reportaron entre seis y ocho millones de peces muertos", aclaró. Además, por esos días también se produjeron más de 2.000 muertes de ganado en Paraguay, de pingüinos en Brasil, de tortugas en Bolivia y de carpinchos en Corrientes.
"En todos estos casos se habló siempre de contaminación o de problemas climáticos, como el estrés térmico. Pero estas hipótesis son contradictorias, porque, en el aspecto climático, el fenómeno se produjo al mismo tiempo en el hemisferio norte (verano) y en el sur (invierno). Y con respecto a la contaminación, murieron peces tanto en cuencas muy contaminadas como en otras limpias", aclaró.
El dato que alarmó a los científicos fue la explosión de una estrella que se produjo el 21 de junio. Científicos de la Nasa y de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) determinaron que fue la más grande de las 500 explosiones más fuertes registradas. Por esa razón, sospechan que el bombardeo de rayos gamma de la explosión impactó sobre el continente americano y el oeste de Europa (no hay datos sobre mortandad de animales en otros lugares del mundo en esas fechas) y que, al combinarse con el estrés térmico (variaciones muy fuertes de temperatura) y la contaminación del agua, entre otros factores, afectó principalmente a los peces.
Montalván, González y Minetti aclararon que esta es sólo una hipótesis y que no hay registros de que los rayos gamma hayan afectado al ser humano. Pero anunciaron que la intención es crear foros de debates con otros científicos para debatir el estudio. Además, aclararon que el objetivo no es deslindar responsabilidades con respecto a la contaminación de la cuenta Salí-Dulce, sino poner en el tapete este fenómeno continental.
"Solamente en Bolivia se reportaron entre seis y ocho millones de peces muertos", reveló el climatólogo Minetti. |
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