El Senado votaba esta madrugada la ley de protección de glaciares en un clima de máximo suspenso. Los legisladores debatían dos proyectos y la diferencia de votos entre ambos se presentaba como muy escasa, de manera que el resultado dependía de quiénes se abstuvieran, de quiénes se ausentaran y de los giros de último momento.
Al cierre de esta edición, el senador mendocino kirchnerista Adolfo Bermejo puso fin al suspenso y anticipó desde el recinto que votará por el dictamen de minoría, que es el que pone más restricciones a la actividad minera en la cordillera y da más protección a los grandes hielos.
El maipucino recordó la historia productiva de Mendoza y la utilización estratégica que se hace del agua. Bermejo se mantuvo todo el tiempo en su banca ajeno a los movimientos del bloque oficialista y su voto puso los pelos de punta del grupo liderado por César Gioja, quien bregó por el dictamen de mayoría.
Los tres mendocinos se aprestaban a votar de forma idéntica. La cobista Laura Montero también elogió el uso histórico que los mendocinos han hecho del agua para desarrollar la provincia económicamente y utilizó los argumentos del Ianigla que determinó que los glaciares y periglaciares sólo representan 1% del territorio provincial. El sanrafaelino Ernesto Sanz logró aglutinar al bloque de la UCR en favor de la ley más proteccionista de los recursos hídricos.
El debate de los dos proyectos
El Senado dio media sanción a esta ley de presupuestos mínimos para el cuidado de los grandes hielos en noviembre del año pasado y en agosto de este año la Cámara de Diputados le realizó cambios sustanciales.
Entre estas dos opciones, la Cámara alta se aprestaba a tomar una definición para convertir de una vez por todas en ley la protección de los glaciares, ya que en 2008 la norma que sacó el Congreso fue vetada por la presidenta Cristina Fernández por pedido de algunos gobernadores cordilleranos.
La diferencia entre los dos proyectos, el que sacó originalmente el Senado y el modificado por Diputados, es que el primero establece restricciones a las actividades productivas -básicamente la minería- en los glaciares y en los periglaciales, pero define a estas zonas aledañas como los suelos congelados "permanentemente".
En cambio, la sanción de la Cámara baja -que no fue votada por el kirchnerismo- establece como zonas periglaciales a "los suelos saturados en hielo que regulan el recurso hídrico", lo cual amplía las superficies en las cuales no se podrán extraer minerales o petróleo.
Así, la discusión pasó no sólo por la necesidad de cuidar el agua como un recurso estratégico, sino que tuvo como eje el desarrollo de las economías de las provincias cordilleranas a través de la minería.
El único consenso que había entre ambos grupos era el rechazo del artículo 17 que incluyó Diputados (obra del mendocino cobista Ricardo Mansur), que fijó que no se podrá emprender ninguna actividad productiva en las zonas potencialmente protegidas por la ley hasta que el Instituto de Glacialogía (Ianigla) termine el inventario de los grandes hielos.
Kirchneristas y opositores coincidieron en que esto implicaba paralizar el desarrollo de las provincias por un tiempo indeterminado, pese a la queja de ambientalistas que advirtieron que si se elimina dicho ítem los gobernadores darán rienda suelta a los proyectos mineros, antes de que el inventario esté finalizado.
El kirchnerismo era anoche el bloque que más convulsión interna mostraba. El grueso de los senadores -31 en total- se encolumnaba por la ratificación de la sanción del Senado, más permisiva de la minería. Ésta fue la posición de la Casa Rosada. Pero al menos 6 senadores pugnaban por apoyar los cambios más restrictivos que hizo Diputados.
Este grupo, liderado por Daniel Filmus, contaba -según algunas fuentes- con el presidente de la bancada, Miguel Pichetto. En este bloque, se ausentaron José Pampuro y Guillermo Jenefes, con posiciones teóricamente antagónicas.
El radicalismo, en cambio, logró aglutinar 15 de los 18 legisladores a favor de la media sanción de Diputados. Las excepciones eran los senadores catamarqueños y la correntina Josefina Meabe. Pero todos acordaron con bochar el artículo 17 si prosperaba el proyecto de la Cámara baja.
En el peronismo federal, las posiciones seguían divididas y no se conocía qué harían el santafesino Carlos Reutemann y la bonaerense "Chiche" Duhalde.
Los cálculos provisorios de los activistas de Greenpeace daban un empate, pero desde las huestes del sanjuanino César Gioja creían que se impondrían por al menos 3 votos. Sin embargo, nadie sabía quiénes estarían presentes en el momento de la votación, quiénes se irían y quiénes cambiarían de posición a último momento.
Anoche, Filmus, principal defensor de los cambios que él acordó con los diputados progresistas (con Miguel Bonasso a la cabeza), sostuvo que "si protegemos el agua un poco más de lo necesario, no nos equivocaremos. Pero si protegemos un poco menos, las generaciones futuras nos lo van a reclamar".
Desde la otra vereda, los senadores cordilleranos Agustín Pérez Alsina (Salta), Blanca Monlleau (Catamarca) y Horacio Lores (Neuquén) tomaron como principal crítica que la ley de Diputados no da a las provincias la potestad del cuidado ambiental, como indica la Constitución, y en cambio avanza sobre la autonomía de las mismas. |
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