Los focos de calor generan nuevos incendios en varias comunidades de la región de Moxos, desastre que afectó a decenas de familias en la zona; a ello se suma una aguda sequía, que a la fecha, está poniendo en riesgo la vida del ganado y la población en su conjunto.
Los incendios provocados por los chaqueos, en la actividad agrícola y ganadera, en la víspera se convirtieron en fenómenos incontrolables. Estas quemas que en un inicio fueron comenzadas por los propios productores, con el encendido del fuego a los pastizales naturales y sembradíos, para regenerar los pastos para el ganado, se han convertido en una amenaza para la población.
El fuego según las versiones de los propios productores de Moxos, ahora, a avanzado por toda la pampa, los montes, curichis, árboles y otras zonas aledañas, muchas de ellas habitadas.
“El humo hasta ayer cubría todo, las casas, los campos, las plantas, el cielo. Hoy la cosa amaneció mucho mejor, hay menos humo, incluso en algunos lugares llovió y apagó el fuego, como por ejemplo en la ruta San Ignacio - San Borja. Sin embargo, la amenaza continúa y las necesidades aumentan para las familias damnificadas”, manifestó uno de los comunarios.
El fuego alcanzó por lo menos a ocho comunidades de Moxos; asimismo un importante sector del bosque fue afectado por el fuego; “el monte como lo llamamos, también sufrió las consecuencias del desastre, el fuego prácticamente arrasó con todo y se llevó los sembradíos de cientos de familias”, dijo.
“Se quemaron los cañales, las plantaciones de plátanos, las papayas, las plantas de chocolate. Algunos animales del monte también fueron alcanzados por el fuego”, relató Radio Mátire.
El fuego consumió varias viviendas, dejando grandes pérdidas materiales para las familias de agricultores. “No se pudo proteger los chacos ni las casas del fuego, porque prácticamente no hay una gota de agua”, informó.
Anoche, el fuego que se inició por el lado Oeste, después de varias horas de intenso trabajo, pudo ser controlado por los trabajadores del municipio, del puesto naval y los vecinos, razón por la que se evitó una mayor desgracia.
Ayer, con lágrimas en los ojos, la presidenta de la Organización Indígena del Territorio Moxeño, Bertha Bejarano, dijo que evacuaron a la gente de las comunidades cercanas como pudieron. “Los niños estaban con los ojitos rojos, llorando por el humo” , acotó.
Desde el lunes, hay más de 150 personas refugiadas en la sede de la organización indígena, que se encuentra en Moxos. “Nos informaron que el municipio, a través de la Unidad de Gestión de Riesgos y la Subgobernación, ayuda con alimentos a los afectados.
También, le está prestando atención en salud; sin embargo en los próximos días viene lo más difícil que será el retorno de las familias afectadas a sus comunidades, a sus casas y a sus chacos, afectados por el fuego, y en algunos casos encontrarán sus viviendas en medio de las cenizas.
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