Por la sequía los peces, en su mayoría carpas, se mueren en el embalse de El Jumeal, la gente se agolpa a orillas de la poca agua que queda, para llevarse algunos de los ejemplares que pelean por sobrevivir. Las personas que habitualmente van de paseo o a practicar, por deporte, la pesca se encontraron con esta situación. Es tan fácil apoderarse de los animales que la gente tira las líneas sólo con los anzuelos, enganchan a los peces casi moribundos en cualquier parte del cuerpo y lo llevan hacia la orilla para quedarse con ellos, los más audaces se meten en el agua que les llega hasta la cintura y con sus manos se apoderan del pez que no realiza resistencia alguna. Se puede observar que cada grupo de amigos o familiares junta decenas de peces, lo que hace presumir que muy pocos son para consumo, el resto es casi una diversión para ver quién saca más cantidad o el ejemplar más grande.
Entre los presentes se comentaba que el sábado un muchacho había logrado sacar una carpa de 8 kilos y medio, otros aseguran haber sacado algunos más grandes.
El fenómeno es resultado de la poca cantidad de agua que tiene el embalse, lo que baja el oxígeno y los peces no pueden respirar.
Algunos jóvenes ya advertidos de esta situación lamentable que atraviesa el embalse por la sequía, llegan en bicicletas desde barrios como el Eva Perón y otros puntos de la ciudad, con bolsas de arpilleras o nylon para llenarlas de peces y llevarlas hasta sus hogares, estos jóvenes aseguran que desde hace varios días vienen a pescar de esta manera.
Se calcula que desde la semana pasada hasta ayer se sacaron centenares de ejemplares, la situación preocupa por el daño ambiental que se puede producir en el embalse. Las personas aseguran que no corre riesgo su salud puesto que hace ya algunos días consumen lo pescado y nada les pasó.
En el lugar no se hizo presente ninguna autoridad de la provincia relacionada con la preservación del medio ambiente, mientras que los policías, recién ayer a la tarde intervinieron, impidiendo que la gente continúe sacando los peces. Por la mañana, como no tenían ninguna orden, hubo uniformados que pedían a los pescadores algunos ejemplares. Desde Aguas de Catamarca un empleado de seguridad aseguró a El Ancasti que la situación se conoce, pero no pueden hacer nada porque "no hay agua y los peces se van a morir igual". En el dique mismo no existe un responsable o un cuidador.
Recién ayer por la tarde, desde la Subsecretaría del Ambiente se comunicó que está vedada la pesca en este embalse.
El peligro de consumirlos
Liliana López, supervisora de Bromatología de la Municipalidad de la Capital, advirtió los riesgos que genera el consumo de estos animales si no se cumplen ciertas normas básicas para su consumo. La funcionaria dijo a El Ancasti que "los microorganismos se desarrollan con facilidad luego de la muerte del animal, por ello es necesario ingresarlos a la cadena de frío una vez muertos o cocinarlos inmediatamente, con la temperatura y el tiempo de cocción adecuados".
López advirtió a las autoridades que deben hacer algo en forma urgente porque en estos casos "las consecuencias se dan a largo plazo".
Las enfermedades que se producen por el mal estado de estos alimentos son gastrointestinales e incluso puede producirse el síndrome urémico hemolítico, que genera consecuencias graves en la salud de las personas.
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