Si no es la sequía, es el exceso de lluvias. El desarrollo de la mayoría de las actividades productivas, de construcción u obra pública depende casi por completo de las condiciones climáticas.
Y este verano habrá fenómeno de la Niña (que en el NOA significa exceso de lluvias, heladas tardías y posibilidades de granizo) por lo que se deben comenzar a tomar previsiones para enfrentar este panorama que podría extenderse, por lo menos, hasta agosto de 2011.
La Niña comenzó a hacerse sentir con las primeras lluvias de la pasada semana y sin dudas, así será la mayor parte del verano ya que según la Administración Nacional de Océanos y Atmósferas de Estados Unidos, este episodio de la Niña se presenta como uno de los más intensos y, por lo tanto, es posible que se extienda hasta el próximo año.
Eduardo Sierra es ingeniero agrónomo y especialista en agroclimatología de la Universidad de Buenos Aires y explicó a El Tribuno que es notable que cuanto más fuertes son los episodios del Niño, mucho mayor serán los de la Niña: “Después de la corriente del Niño, del ‘97 al ‘98 vinieron tres Niñas y después del Niño del 2006 al 2007, hubo Niñas del 2007 al 2008 y al 2009.
La secuencia climáticas es: heladas tardías, granizo primaveral y un pico de lluvias fuertes entre febrero y marzo, con deslizamiento de tierra y anegamiento sobre el mes de marzo. Es eso lo que se produjo, por ejemplo, cuando sucedió lo del alud de Tartagal”.
Hay que prevenir
El profesional dijo que la Niña “puede causar gran siniestralidad a raíz del granizo y las heladas tardías a cultivos como porotos, tomates de primicia o tabaco y este año se expone a granizadas más frecuentes y potentes.
En cuanto al tabaco, existe el riesgo de heladas tardías y, más aún, riesgo de enfermedades al llegar la época de formación del rinde -explicó-. Se tendrá un ambiente más húmedo y cálido que lo normal, por lo tanto puede haber alta incidencia de enfermedades”.
En relación a los cultivos extensivos de verano que se desarrollan en Salta, como el maíz y la soja, Sierra manifestó: “Se tendrá buena disponibilidad de agua, pero también en este caso el exceso hídrico puede generar enfermedades, quitar calidad y dificultar la cosecha. Son los riesgos de la Niña, lo cual no quiere decir que sí o sí deban cumplirse”, aclaró.
Un buen panorama para Salta
Sin embargo, el especialista dio un panorama alentador para quienes trabajan con el agro y afirmó que los años donde hay episodios de Niña “son años de buena producción en general, a pesar de la lluvia. Hay problemas que vienen asociados a la abundancia pero es más fácil manejarlos que los que vienen asociados a la escasez. Desde lo agrícola podemos verlo desde el lado positivo, pero me atrevería a decir que es éste el momento de revisar la infraestructura de caminos, puentes y la seguridad de éstos. Hay que tomar serias medidas preventivas para evitar que pase otra vez lo de Tartagal”, concluyó.
Control de las inundaciones
En la ciudad de Salta, se están llevando a cabo doce obras de pavimentación, enripiado y cordón cuneta en distintas calles y barrios, según datos de la Secretaría de Obras Públicas del municipio. Además hay otras diez, del mismo tenor, que están en proceso de adjudicación.
Según explicó el titular de esa secretaría, Roque Mascarello, a El Tribuno, “nuestra labor es evitar que los canales estén llenos de yuyos y cualquier otro elemento que impida que el agua fluya. Hacemos nivelado y enripiado para los lugares que tienen poco drenaje y trabajamos de acuerdo a las circunstancias de cada lugar”.
Teniendo en cuenta las experiencias que se vivieron en cuanto a las inundaciones y anegamientos en la ciudad, el funcionario expresó que harán especial hincapié en los lugares donde hay inundaciones con mayor frecuencia, pero aclaró, “se debe tener en cuenta que ya está terminada la obra de Velarde y Tinkunaku, por lo que es muy probable que este año las inundaciones no nos molesten”.
Finalmente, Mascarello explicó que la municipalidad trabajará teniendo en cuenta los plazos de cada obra y “para Navidad estará terminado todo lo que esté previsto”.
Además dijo que, salvo en los casos en los que hay que hacer pavimento, “la lluvia no afectará el avance de la obra pública y en la ciudad se está trabajando con los mismos parámetros planificados en el plan de contingencia desde el año pasado”.
En ese sentido, Mascarello destacó que “en el caso de que fuera necesario, ese plan de contingencia es cubierto por todos los organismos del municipio en pos de socorrer con la mayor rapidez posible a los damnificados”.
El recuerdo del alud
Aún se siente el sabor amargo que dejó el alud de Tartagal, producido el 9 de febrero de 2009. Ese año, también hubo Niña y uno de los principales efectos de ella es justamente el deslizamiento de tierra.
El alud de agua y barro que afectó a la ciudad norteña dejó como saldo unos 30 mil damnificados, 30 viviendas arrasadas y tres muertos. La ciudad estuvo sin luz entre las 10.30 y las 17, por cuestiones de seguridad y se suspendieron los servicios de telefonía fija, celulares e internet.
Todo eso sucedió cuando la ciudad apenas se recuperaba del hecho en que el puente carretero que unía a varias ciudades del norte de la provincia con la capital, había sido arrastrado por una crecida del río Seco, en diciembre de 2005.
En noviembre de 2009 también hubo un temporal de viento, lluvia y granizo en Orán a raíz del cual hubo voladuras de techos, cortes de cables y caídas de árboles, postes de alumbrado y teléfonos. El mismo día en la capital provincial una lluvia logró bajar las altas temperaturas pero hubo árboles caídos y cables cortados. |
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