La construcción de condominios y residenciales en las partes altas de la Gran Área Metropolitana (GAM) está frenada por la escasez de agua potable en esas zonas.
El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) reconoció que las tuberías actuales son insuficientes para atender el crecimiento de la población que vive en el centro del territorio de Costa Rica.
Los sitios más afectados están en las montañas de Santa Ana, Escazú, Alajuelita, Aserrí, Desamparados, Curridabat, La Unión, Goicoechea y Vázquez de Coronado, confirmó Óscar Núñez, presidente ejecutivo del AyA, en entrevista con La Nación.
En este momento, el acueducto de la GAM abastece a 1,3 millones de personas, pero se prevé que las tuberías no darán abasto entre el 2014 y el 2017. Hasta ahora, las fuentes de abastecimiento provienen de Orosi, Cartago y Puente de Mulas, Belén, Heredia.
Según proyecciones del Centro Centroamericano de Población, para el 2015 la GAM tendrá 2,3 millones de habitantes.
Por tal razón, desde ahora el AyA empezó a restringir la aprobación de documentos que se conocen como “carta de disponibilidad hídrica”.
Sin este requisito, las municipalidades no pueden otorgar permisos de construcción.
Tomás Poblador, alcalde de Alajuelita, confirmó las restricciones en sectores altos del distrito de San Josecito y en Lámparas de San Antonio.
“Ahí (en San Antonio) hemos rechazado la construcción de urbanizaciones y en San Josecito no se da ni autorización de ninguna construcción individual, mucho menos de grupos de vivienda”, declaró el funcionario.
En Santa Ana, el alcalde, Gerardo Oviedo, identificó sitios restringidos en el sur del cantón: Salitral, Río Oro y Piedades.
Tampoco se otorgan permisos para grandes urbanizaciones en la ciudad de Santa Ana, agregó.
Guillermo Carazo, directivo de la Cámara Costarricense de la Construcción, hizo la observación de que esta situación provoca un fenómeno de desarraigo porque obliga a los hijos de familias asentadas históricamente en un cantón a emigrar a lugares donde sí haya disponibilidad de agua.
Mirar hacia Orosi. Ante el riesgo de quedarse sin el líquido en los próximos cuatro años, el AyA pretende instalar una nueva tubería que duplique el agua que hoy se extrae del embalse El Llano, Orosi, Cartago.
El proyecto comprende colocar una tubería de 1,1 metros de diámetro y 26 kilómetros de longitud para transvasar 2,3 metros cúbicos por segundo (m³/s).
De esa manera se alcanzaría un volumen máximo de 4,4 m³ por segundo, pues la primera tubería tenía una capacidad de 2,1m³/s y empezó a funcionar en 1987.
Desde entonces, se han invertido $10 millones en 11 estudios sobre la ampliación del acueducto, dijo Rolando Rojas, ingeniero de AyA.
Óscar Núñez precisó que la obra requiere una inversión de $170 millones y que aún no hay financiamiento para hacerla realidad.
Con ese dinero tendrán que financiarse los estudios de prefactibilidad de la tubería, que cruzaría por Dulce Nombre, Quebradilla y Bermejo –Cartago–, y Patarrá – Desamparados, San José–.
En Patarrá se instalaría la planta potabilizadora y de ahí a tanques de almacenamiento y a las tuberías de distribución.
De acuerdo con Núñez, la participación del AyA en el Consejo de Competitividad le permitirá tener más acceso a créditos y a la venia del Gobierno para endeudarse en un proyecto como ese.
Guillermo Carazo destacó que al mismo tiempo que se construye la nueva tubería, Acueductos y Alcantarillados debería resolver los problemas de fugas en el acueducto metropolitano y educar a los usuarios para que sean más eficientes en el aprovechamiento del agua. Colaboraron los periodistas Jairo Villegas y Ximena Alfaro.
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