Las cinco centrales hidroeléctricas del proyecto HydroAysén -impulsado por Endesa y Colbún- prevén inundar 5.910 hectáreas en Aysén. También necesitará una línea de transmisión de casi 2 mil kilómetros para llegar con su energía al centro del país, la que pasará por zonas turísticas. Durante el peak de su construcción emplearía a más de 5 mil trabajadores, casi el doble de la población de Cochrane, comuna cercana a esta iniciativa de casi US$ 7 mil millones, incluyendo el tendido eléctrico.
Para mitigar parte de los impactos que producirá en esa región, HydroAysén -que está en trámite ambiental- espera desarrollar un plan de infraestructura vial, marítimo y aeroportuario de cerca de US$ 400 millones, que contiene obras que requiere el proyecto hidroeléctrico, pero "que mejoran la conectividad y podrán ser aprovechadas por otras actividades económicas como el turismo y la ganadería", comentó el gerente técnico de la sociedad, Bernardo Canales.
El vicepresidente ejecutivo de la firma, Daniel Fernández, indicó que, de forma paralela, están conversando los alcances de estas mitigaciones con el Ministerio de Obras Públicas (MOP).
Entre las inversiones en infraestructura destaca la renovación de unos 200 kilómetros de la Carretera Austral entre el sector de la confluencia de los ríos Baker y Nef y el campamento del Cuerpo Militar del Trabajo (CMT) en Pascua. Se mejorarán el ancho de la vía, las curvas cerradas, las pendientes y las defensas fluviales, entre otros.
También prevé construir un puerto en el río Yungay, a 120 kilómetros de Cochrane, que recibiría a embarcaciones de 9 metros de calado y se añadiría al único terminal marítimo de la región, el Chacabuco. A través de ese nuevo puerto, la empresa espera ingresar cemento para la construcción de las centrales, combustible para autoabastecerse y equipos de trabajo.
A la vez, harían una rampa de atraque frontal en el puerto Río Bravo -que permite llegar hasta Villa O'Higgins- y a través de barcazas propias unirlo con el Yungay.
El plan considera el mejoramiento de aeródromos locales, como los de Caleta Tortel y Río Bravo. A la vez, se proyecta la construcción y operación de un relleno sanitario a 4,5 kilómetros de Cochrane, con una capacidad de 32.000 metros cúbicos.
Aparte de esas mitigaciones, Daniel Fernández señaló que el proyecto impactará unas 18 hectáreas del Parque Nacional Laguna San Rafael, pero sostuvo que quieren compensarlo añadiéndole 100 hectáreas en otro lugar que tenga mejor uso turístico. Adicionalmente, esperan crear un área de conservación de 11.560 hectáreas (há) para compensar el efecto de HidroAysén sobre el turismo y la flora y fauna terrestre y acuática de la zona. Ello se suma a la reforestación de 4.500 há de bosque que serán afectadas por las obras.
Fernández no entregó montos respecto de estas últimas mitigaciones.
Demandas ciudadanas
El miércoles pasado, durante una visita a Cochrane, Daniel Fernández se reunión con cerca de 15 representantes de diversas áreas de esa comuna. Las principales demandas que le manifestaron al ejecutivo tuvieron relación con la protección del turismo, mejoras en salud para enfrentar el aumento de la población cuando eventualmente se construya el proyecto, y becas de educación, entre otros.
Teresa Catalán, representante del rubro turístico de Cochrane, pidió a la empresa detallar las mitigaciones ligadas al turismo y manifestó su temor respecto de que se afecte la identidad de los atractivos de la zona.
La presidenta del Frente Ciudadano de Cochrane, Angélica Alarcón, sostuvo que "el temor más grande es que nuestros lugares públicos, como el hospital, no sean suficientes cuando llegue el proyecto. La empresa dice que tendrá un campamento para sus trabajadores, pero ¿qué pasará con la población flotante que llegará?". Añadió que temen que aumente la delincuencia, y afirmó que quienes respaldan la iniciativa lo hacen sólo porque dará empleo.
Gastón Fuentes, estudiante del Liceo Austral Lord Cochrane, pidió a la compañía que vele por el respeto de la cultura y las tradiciones de la región.
Fernández: "El Gobierno dijo que caso Barrancones fue excepcional"
-¿Cómo enfrentan el nuevo contexto ambiental tras la intervención presidencial en la central termoeléctrica Barrancones?
"El gobierno ha dicho que ese caso (Barrancones) fue excepcional, que obedeció a un compromiso previo y que, en adelante, las decisiones serán tomadas a través del sistema de evaluación de impacto ambiental"
-¿Usted cree eso o piensa que habrá un componente político relevante para HidroAysén?
"El componente político es que hay un comité de ministros que puede tomar una resolución respecto del proyecto. Esta es una iniciativa energética sustentable, renovable, que reduce emisiones respecto de otras fuentes y no la comparo con una central termoeléctrica que sí contamina".
-¿No temen que las presiones ambientalistas terminen botando este proyecto?
"Hay que distinguir lo que las personas opinan y entienden del desarrollo energético de Chile, de campañas de las ONG financiadas desde el extranjero que pretenden obstaculizar el proyecto con publicidad engañosa. Aspiramos a que la gente tenga los argumentos suficientes para entender este proyecto, porque si nos basamos en la mitología que se han intentado crear, no es la forma sana en que Chile debe decidir respecto de su futuro energético".
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