Una investigación dirigida por el Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental (Creal), con la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), examinará a partir de este mes los efectos de la contaminación del pantano de Flix (Ribera d'Ebre) en el desarrollo de los niños hasta su adolescencia. Los investigadores tomarán muestras de orina, saliva y sangre y realizarán múltiples pruebas, incluidos tests de las capacidades cognitivas, a 102 niños de 12 y 13 años del colegio Enric Grau Fontseré de Flix que ya fueron analizados en 1997 al nacer y, más tarde, cuando tenían 4 años.
Descontaminación con retraso
El CSIC puso al descubierto en el 2004 un vertedero de residuos mineros radiactivos, metales pesados y compuestos organoclorados depositados durante más de 100 años por Ercros (antes Erkimia) en el Ebro, en Flix. Aunque en el 2008 el Gobierno adjudicó el proyecto para extraer los 700.000 m3 de lodos contaminados, las obras no comenzaron hasta ahora.
El objetivo es comprobar si persisten y cómo han incidido en el crecimiento de los menores los efectos iniciales detectados a raíz de la exposición a compuestos organoclorados como el hexaclorobenceno (HCB) o metales como el mercurio, todos de elevada toxicidad, vertidos en el Ebro. No es casualidad que el estudio se realice ahora, antes de que empiece la descontaminación y con un grupo de adolescentes.
"Los periodos de desarrollo desde la concepción hasta la adolescencia son particularmente vulnerables a una amplia gama de factores de riesgo ambiental, incluyendo la exposición a elementos contaminantes químicos", advierte la memoria del proyecto. La investigación se ha marcado entre sus objetivos determinar los niveles de exposición a la contaminación para crear una base de datos que sirva para evaluar los efectos de la descontaminación en la salud. Los investigadores trabajan con la experiencia de los datos obtenidos en los análisis realizados en los años 90, que demostraron que la exposición a compuestos organoclorados como el HCB, el DDT/DDE y al metilmercurio era particularmente elevada en el grupo analizado. Cuando estos niños nacieron, el estudio científico comprobó que la exposición de las madres a los contaminantes había tenido efectos sobre sus hijos. Los niveles en sangre de hexaclorobenceno de los recién nacidos de la Ribera d'Ebre fueron de los más altos que se han descrito nunca en Europa, explica la investigadora principal del estudio, Martine Vrijheid, del Creal.
Cuando los mismos niños fueron examinados a los 4 años, se comprobó que su neurodesarrollo estaba tres puntos por debajo de la media en un test de evaluación del desarrollo neurocognitivo, en una escala de 100. Aunque se trata de una diferencia muy pequeña, hay mucho interés en comprobar cuál ha sido la evolución. "Entonces vimos que había una relación entre las concentraciones de HCB en la sangre y el neurodesarrollo de los niños de 4 años, lo más importante para nosotros es ver si los efectos han continuado", destaca Vrijheid.
Una de las principales hipótesis de trabajo de la investigación, pionera en España, es que los efectos detectados sobre el desarrollo neuroconductal no son reversibles y habrán persistido hasta la adolescencia. Una de las hipótesis que se deberán verificar, o bien descartar, es que estar expuesto a contaminantes en los primeros años de vida, incluido el periodo de gestación, influyen en la prevalencia de sobrepeso y obesidad a los 12 y 13 años, así como en problemas respiratorios como el asma. Paralelamente, se realizará un estudio idéntico con un grupo de niños de Menorca, para poder comparar los resultados con un colectivo expuesto a menor contaminación |
|
|