El Ente Regulador de los Servicios Sanitarios (ENRESS) intenta dejar atrás esa suerte de imagen de organismo virtual que tiene para los rafaelinos al iniciar poner en marcha, ayer, un operativo especial de control de calidad del agua potable que se consume en la ciudad. Un grupo de técnicos de esta entidad, que nació a principios de 1996 con la misión de auditar a la privatizada Aguas Provinciales, recorrió Rafaela para captar las muestras en una decena de barrios que analizarán en sus laboratorios.
Así lo confirmó a LA OPINION el titular de la Federación de Entidades Vecinales (FEV), Antonio Benavídez. "Estuvieron buscando muestras de agua en las vecinales y también en casas particulares. Ahora habrá que esperar el informe con los resultados que estará listo, según dijeron, en pocos días", explicó el dirigente.
La decisión de solicitar al ENRESS que concrete una vigilancia de la calidad del agua había sido acordada el pasado 22 de septiembre cuando se conformó una comisión multisectorial. En ese encuentro, en el que participaron tanto funcionarios del organismo como de la empresas Aguas Santafesinas Sociedad Anónima (ASSA), uno de los planteos giró en torno a las sospechas de muchos vecinos sobre la aptitud del líquido para el consumo humano.
El propio ENRESS adoptó una postura protagónica al aceptar el pedido con el objetivo de brindar las máximas garantías y tranquilidad a la población sobre el agua que se extrae de los pozos de captación en Esperanza y se distribuye en Rafaela. "Quiero ser clara: todos los controles cumplen con la normativa presente. El agua es segura", había enfatizado en esa reunión Vilma Ortolani, gerenta de Control de Calidad del organismo. En este sentido, la funcionaria destacó que siempre se efectúan controles mensuales a partir de muestras extraídas en distintos puntos de Rafaela.
Asimismo, en el cónclave el Gerente Regional de ASSA, Dante De Nardo, había manifestado que los vecinos no necesitaban instalar los filtros de carbono activado a la salida de las canillas para mejorar la calidad del agua. "Hay que ser claro: detrás de todo esto hay un negocio", había expresado sin medias tintas.
Otro de los temas ligados a la calidad del agua está relacionado a lo que sucede puertas adentro de los hogares. La higiene de los tanques también puede incidir en el deterioro del líquido, por lo que tanto la empresa estatal encargada del servicio como la Municipalidad rafaelina habían acordado instrumentar una campaña de concientización para que cada familia revise anualmente el estado del depósito.
En tanto, Marcos Medina, responsable de la oficina de ASSA en la ciudad, precisó que más allá del operativo especial del ENRESS la empresa "continuará realizando los controles de calidad que tenemos sistematizados, seguiremos cumpliendo las disposiciones tal como lo venimos haciendo siempre".
De esta forma, tanto ASSA como el organismo auditor buscan mostrar un perfil proactivo en Rafaela, en el marco de una historia en la que han acumulado críticas. Es que los problemas en el servicio de abastecimiento de agua potable ya tienen muchos años y los rafaelinos han cuestionado tanto a la empresa prestadora, al organismo de control y a los gobiernos provinciales por la falta de soluciones.
Al respecto, los funcionarios que lideran la ahora compañía estatal se encargan de dejar muy en claro que su responsabilidad es brindar los servicios sanitarios, pero que las inversiones en infraestructura dependen de las autoridades del Gobierno provincial. Así, señalan que deben optimizar el uso de los recursos disponibles pero que la solución definitiva reside en la construcción del Acueducto Norte I, una obra condicionada a las decisiones políticas del Gobierno provincial.
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