El sostenido crecimiento del nivel de las aguas del lago Xolotlán ha creado una situación sin precedentes en Managua y en otros municipios del departamento capitalino, donde las autoridades se preparan para enfrentar todos los escenarios posibles. Estamos viviendo en Managua una situación inédita, porque nunca hemos tenido tanta cantidad e personas albergadas durante tanto tiempo, dijo el lunes Rosario Murillo, coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía.
De acuerdo con las cifras oficiales más recientes, seis mil 907 personas permanecen refugiadas en 16 albergues temporales, y barrios completos de esta urbe han sido evacuados como consecuencia del avance de las aguas del lago sobre asentamientos urbanos en áreas cercanas a sus riberas.
El Xolotlán llegó el lunes a los 42,65 metros sobre el nivel del mar, 55 centímetros por encima de la altura alcanzada en 1998 durante el huracán Mitch, pero sigue creciendo y en Tipitapa, un municipio de la periferia capitalina, las aguas inundan hoy calles y viviendas.
El jefe de la dirección de Seguridad Pública de la Policía Nacional, Comisionado General Francisco Díaz, dijo ayer que esa institución se prepara para lo peor, como parte de un plan global orientado por el presidente Daniel Ortega, que involucra a todos los organismos del Estado con el objetivo principal de salvaguardar la vida de la población.
En otros lugares del país donde como consecuencia de las precipitaciones y las inundaciones que se registran desde que comenzó en mayo pasado la temporada lluviosa, ha sido necesario evacuar a parte de la población, los refugiados permanecen sólo algunos días en los albergues, mientras esperan la retirada de las aguas.
Pero el problema es diferente en el departamento capitalino porque el lago puede demorar años en recuperar su nivel habitual y en estos momentos no ofrece indicios de que ese descenso se inicie a corto plazo.
Si el lago sigue creciendo -como lo sigue haciendo ahora- continuará inundando zonas urbanas cercanas a sus costas y provocará nuevas evacuaciones, que pueden ser masivas, según los pronósticos más pesimistas.
Por lo pronto, el gobierno central sigue de cerca la evolución de esta situación de emergencia en el departamento capitalino y todas las instituciones del Estado y numerosas organizaciones sociales están preparadas para enfrentar cualquier escenario, aseguran diversas fuentes.
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