El problema que afectó a numerosos vecinos de La Plata por la salida de agua marrón de las canillas, debe ser inscripto como otro capítulo más de las frecuentes anomalías en el servicio de agua domiciliaria. De modo que una de las argumentaciones de ABSA, en el sentido de que se trató de un "imprevisto", podría resultar aceptable en el corto plazo, pero no si se las incluye en una historia signada por muchas de estas imperfecciones en la provisión, siempre en claro perjuicio de los habitantes.
Más ajustado pareciera asignar este accidente a las obras que la empresa está realizando sobre las redes. Como se sabe, los responsables del suministro aseguraron que la extraña coloración que presentaba el agua obedeció al hecho de que, al realizar tareas sobre las cañerías, "hubo un movimiento de sedimentos mayor de lo esperado", asegurando luego que las condiciones de potabilidad del agua se mantuvieron inalterables.
En realidad, a lo largo de las últimas décadas y sólo en muy pocas oportunidades lograron obtenerse dictámenes técnicos que, al menos parcialmente, explicaban la presencia de agua marrón en las cañerías. Una de ellas señalaba que en muchas de las cañerías, algunas de ellas extremadamente antiguas, existen roturas o fisuras que, al incrementarse la presión de agua, hacen que el líquido fluya hacia el exterior. Cuando la presión cede, buena parte de ese líquido retorna a los caños pero, por cierto, contaminado, al haber tomado contacto con la materia exterior.
La otra explicación que se brindó fue la de que la eventual mayor presión que se aplica en las redes deriva en un desprendimiento del óxido interior que se adosó a los caños. Esta y la anterior alternativa, según dijeron entonces los especialistas, abrían serias dudas acerca de que el agua que circulaba en las redes hubiera mantenido su potabilidad.
En cuanto a esta última cuestión, desde el organismo de contralor se anunció que ya se tomaron muestras en algunos barrios para someter el agua a pruebas de laboratorio y determinar así la condición en que se encuentra el líquido. En tanto, desde la Municipalidad anticiparon que van a citar a la empresa Aguas Bonaerenses para la próxima semana, ya que se evalúa en la Comuna iniciar acciones ante la Justicia de Faltas en el área de Defensa del Consumidor y prever una imputación a la compañía.
Lo cierto es que el problema genera serias incomodidades para el desarrollo de las tareas domésticas y para la vida cotidiana. De los testimonios recogidos por el diario surgía un listado de dificultades que no resultan menores para una familia: desde la imposibilidad de bañarse hasta las limitaciones para cocinar o lavar la ropa.
No hace falta remarcar que el servicio de agua resulta indispensable y esencial para el funcionamiento cotidiano de una casa o de un comercio, por lo cual debería asegurarse que no sea interrumpido ni afectado por contaminaciones de este tipo. Cabe esperar, entonces, una solución rápida e integral por parte de la empresa a cargo del suministro.
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