Con un enérgico planteo sobre la necesidad de seguir monitoreando el comportamiento del volcán Peteroa, que sigue con un proceso eruptivo considerado “débil”, y un mayor involucramiento de las autoridades locales y provinciales en la concientización de la población, concluyó la conferencia extraordinaria que los expertos del Centro de Estudios de la Tierra (ICES), que estudian al volcán en los últimos años, realizaron en el Centro de Convenciones y Exposiciones Thesaurus para informar a la población sobre los alcances de la erupción que comenzó a principios de setiembre.
“La erupción del 4 de ese mes fue relativamente tranquila, no tuvo efectos sobre los bienes ni las personas, pero aún está activa. Los cambios de temperatura medidos con anterioridad en los suelos congelados fueron una advertencia del cambio de comportamiento que luego tuvo el volcán. La población rural se mantuvo en sus puestos y no fue necesario realizar ninguna evacuación. La mayoría de la población estuvo desinformada durante el episodio y cuando tomaba nota se preocupaba en demasía, por eso tenemos que seguir con el trabajo de concientización, principalmente con los niveles que tienen poder de decisión tanto a nivel municipal como provincial. La recomendación a los crianceros que en este momento están subiendo ganado a la zona es que, en el caso de que observen ceniza volcánica sobre las pasturas, deben alejar los animales porque no es bueno que las ingieran. Igual advertencia deben tomar en relación con la calidad del agua”, indicó Miguel Haller, como síntesis.
El vulcanólogo, junto con el geólogo Darío Trombotto y la profesora en geografía Amalia Ramírez, explicaron el desarrollo de la erupción, que fue advertida por radares de la Fuerza Aérea e inmediatamente informada al ICES y Defensa Civil. Comenzó con una pluma vertical de gases y cenizas de entre 1.500 y 2.000 metros, que por acción de los vientos fue desviada al Sudoeste, lo que se mantuvo en los días siguientes.
Los estudios realizados por organismos chilenos concluyeron que las emanaciones se producen desde áreas superficiales del volcán y que han sido constantes de uno de los tres cráteres que posee. La mayor precipitación de material sólido se produjo en los “sectores proximales”, vale decir, los faldeos del cono y valles cercanos, inhabitados de abril a diciembre.
Las imágenes satelitales permitieron observar que la columna de cenizas el 25 de setiembre se encontraba ya sobre la localidad pampeana de Puelén. “Es probable que la población de ese lugar no la haya advertido, por la altura que tenía, y si se precipitaron algunas partículas, fácilmente hayan sido confundidas con el polvo en suspensión”, dijo Haller.
Los científicos tienen divergencias respecto de cuáles pudieron ser las causas por las que el Peteroa volvió a erupcionar.
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